Oriol Servià, el español que quiere ganar las 500 Millas de Indianápolis

Su presencia en el oval estaba asegurada. Él es, desde el año pasado, uno de los conductores habituales del ‘pace-car’, que en Indianápolis será un Corvette. Pero obviamente él no quería estar al volante de ese coche, sino de uno de los 33 monoplazas que le seguirán este domingo en las vueltas de lanzamiento.

Oriol ya no es un fijo en las carreras de la IndyCar, pero a sus 44 años es un valor inestimable e irremplazable en las 500 Millas de Indianápolis. Y él es un enamorado de la prueba y cada año intenta estar presente… y esta vez no descarta sus posibilidades de victoria, que es su objetivo final. Asegura que, incluso en caso de que la logre, no se detendrá y seguirá corriendo. Y que, si no la consigue, lo seguirá intentando. Y, si puede, ampliar su presencia a otras carreras.

"Indianápolis no es una carrera cualquiera, sino ‘la carrera’. La experiencia cuenta mucho. Lo importante es llegar bien colocado a las 20 o 30 últimas vueltas, y después tener una brizna de suerte. ¿Pienso que puedo ganar? Por supuesto. La experiencia cuenta mucho y llegué a ir líder durante 16 vueltas el año pasado con un equipo nuevo, Corsa Racing. A seis vueltas del final, que es cuando se volvió a enseñar la bandera verde tras una neutralización, iba líder. Y era segundo a un par de vueltas del final…", pero, como Harvey y Wilson, tuvo que hacer una última parada en boxes porque estaba sin combustible. Si el pace-car hubiese estado dos vueltas más en pista…

"La suerte también tienes u importancia en esta prueba", señala Oriol, que en su historial en Indianápolis sus mejores resultados en carrera es un cuarto en 2012 y un sexto en 2011. Ese último año fue también cuando logró su mejor clasificación de parrilla, un tercero que le daba acceso a la primera fila. "Una neutralización te puede catapultar o hundir. La posición de parrilla no es determinante, aunque es mejor salir delante para evitar el estar rodeado de tanta gente al inicio".

Servià señala que la carrera se presenta como un desafío complicado "porque hará más calor, al menos esa es la previsión. Más calor significa que hay que variar la presión de las gomas, un elemento clave aquí, y también que se pierde carga aerodinámica porque el aire es menos denso. Si aciertas con la solución tienes muchas posibilidades de una gran carrera".

Servià fue llamado en el último minuto por el equipo Arrow Schmidt Peterson Motorsport para hacerse cargo del cuarto coche inscrito a última hora, en asociación con el Team Stange. Lo eligieron porque ya había corrido con ellos y porque su experiencia podía ser clave para una formación novata.

"Los equipos inteligentes intentan reunir una tercera o cuarta entrada que les dé una bala más para tratar de ganar. No lo digo solo porque me hayan subido al coche sino porque el programa se ha hecho bajo esa filosofía. Quieren una bala extra", nos confío Uri, como le llamaban en casa.

Sam Schmidt, el propietario del equipo, fue todavía más claro: "He corrido con Oriol en el equipo y contra Oriol. Francamente, es mucho mejor tenerlo en casa". Y desde el equipo señalan que Oriol trabajó con ellos el año pasado cuando se desarrollaban los nuevos 'kits' aerodinámicos' oficiales de este año.

El de Pals, cuyo casco como siempre luce un diseño inspirado en Dalí y con los colores catalanes, rinde homenaje al actor Bill Murray. Afirma que "volver a correr con ellos es como volver a casa", dijo Servià, quien añadió que conocía bien "a todo el equipo técnico de cuando corrí con ellos hace tres años. Su objetivo es simple: ganar. Y éste es también el mío. Así que fue fácil entendernos. Es el cuarto coche, sí. Pero dispongo de un gran equipo con experiencia. Mi ingeniero es Bruno Couprie. Ya fue ingeniero mío en los tiempos de Newman Haas, en 2011, y con él fui sexto".  Oriol fue 12º en las 500 Millas de 2016 con ellos tras haber clasificado 10º y llevar el mismo dorsal, el 77.

Oriol no tuvo una clasificación fácil. Sus posiciones en los entrenamientos auguraban problemas, pero él siempre se mostró tranquilo y confiado, convencido de que aquello que le ocurrió en su primer intento en 2002, cuando corría en la CART y no en la IRL, no volvería a producirse.

"Lo importante en Indianápolis es no perder la calma. Y trabajar. Los tiempos de los ensayos varían mucho si tomas rebufos o no. Casi todas las veces rodé en solitario, preparando la calificación, porque en esas cuatro vueltas estás sólo, sin nadie más en pista. Y dio resultado", explica Oriol.

Y vaya si lo dio. Clasificó mejor que Jack Harvey o que James Hinchcliffe, que tuvo que recurrir a la repesca; sólo Marcus Ericsson, entre los pilotos de su equipo, clasificó mejor.

"La clasificación no era fácil, porque aquí el motor Chevrolet va mejor. Coparon las cuatro primeras posiciones, seis de las ocho mejores. Pero nosotros nos defendimos bien. Han sido unas sesiones muy difíciles, las más igualadas de la historia, pero tenía confianza. No tomé demasiados rebufos en los entrenamientos y eso se notó en la clasificación. Siempre trabajamos para ir bien en solitario".

Saliendo desde la media parrilla, 19º, Oriol sabe que tiene opciones. Unas opciones que se insinuó que podían haberse esfumado cuando se consumó la no clasificación de Fernando Alonso y se rumoreó que McLaren podría comprar su plaza –algo que se permite en Indianápolis y que se ha dado en ocasiones recientemente, aunque no es muy frecuente–. Por aquello que Arrow, el patrocinador principal de Sam Schmidt, también estaba detrás de McLaren.

"Sabía que se dijo y que si McLaren quería comprar un volante podría estar en la lista. Era un buen coche, muy consistente. Un buen equipo. Además, no participa de forma regular en el campeonato. Pero había hablado con Alonso y no creía que Fernando fuera a aceptar esa solución”, señala el piloto de Pals a esta cabecera.

Para Oriol, que es ingeniero y ha contribuido al nacimiento –Corsa Racing en 2018– o intentos de enderezar equipos –la viuda de Carl Haas, que no guarda relación con Gene Haas, le llamó para intentar salvar el Newman-Haas Racing, del que Paul Newman había sido copropietario. Y casi lo consiguen–, lo de McLaren tiene una explicación:

"Subestimaron la categoría. Es algo típico de la Fórmula 1. Esto es muy específico. 33 coches en menos de dos décimas tras cuatro vueltas. Es como si toda la parrilla de un Gran Premio estuviese en medio segundo", señala. Y también hay una diferencia: el coche es igual para todo el mundo, hay que entenderlo y conocer los más mínimos detalles, porque estos pueden marcar la diferencia.