Verstappen, como un elefante en una cacharrería

La conducción de Sebastian fue extraordinaria en todo momento. El sábado consiguió la Pole Position y el domingo la aprovechó para gestionar la carrera de una forma fantástica, siempre adaptándose a los cambios de estrategia que le cantaban desde su muro.

Esa flexibilidad estratégica fue precisamente una de las claves de su triunfo, porque el alemán amoldó sus planes a la situación de los dos Mercedes y al desarrollo de la carrera. Comenzó con el Plan A, que era ir a dos paradas, luego pasó al Plan B y al final directamente al Plan D, que luego supimos que era terminar la carrera con una única parada en boxes y sin Kimi Räikkönen en pista.

Sin restarle méritos, al alemán le ayudaron los problemas de comunicación entre Mercedes y sus pilotos. Tardaron demasiado en ordenarles atacar. Valtteri Bottas estaba a siete segundos de él cuando faltaban diez vueltas. Creo que, si hubiese apretado antes, habría llegado un par de vueltas de margen y quizá hubiera podido tener alguna oportunidad real de adelantar.

Bottas atrapó a Vettel en la última vuelta, pero fue un poco pusilánime en sus ataques. Si otro piloto hubiese estado en su lugar, si en vez de Bottas hubieran sido Hamilton, Alonso, Vettel, Ricciardo, Verstappen, Schumacher… Ellos lo hubieran hecho. Bottas no.

Ninguno de los Red Bull pasó más allá de la cuarta vuelta. La fiabilidad jugó una mala pasada a Ricciardo y Verstappen abandonó tras un toque con Hamilton. Una vez más, como un elefante en una cacharrería. Sobrecondujo y se apresuró demasiado. Si le hubiese dejado medio metro más a Lewis, le habría ganado la posición sin problemas. Quiso pegarle ese cierre final, se tocaron y acabó mal parado. Arranque de temporada terrible para el holandés.

Ese toque generó la polémica de la carrera. Antes de subir al podio, Hamilton vio la repetición y tildó a Verstappen de 'gilipollas' en un subidón de adrenalina. Sebastian Vettel estaba por ahí y sonrió cuando lo escuchó, pero cambió su rostro al percatarse de la presencia de las cámaras. Luego, en la rueda de prensa, un periodista preguntó por aquel comentario y Sebastian saltó a la palestra. No me gustó. No creo que Vettel tenga que hablar en nombre de los demás y actuar de paladín defensor de los pilotos. Y lo que es verdaderamente inaceptable es que un piloto arremeta públicamente contra un profesional del periodismo, insultando su trabajo y calificando sus preguntas de 'mierda'. No es la actitud.

Hablando de actitud, Kimi Räikkönen me dio un poco de tristeza. Su parada fue desafortunada y es evidente que él no tuvo culpa en lo que ocurrió con el mecánico. Lo que no es aceptable es que no supiera cómo estaba su mecánico cuando salió ante los medios, cuando él ya había tenido tiempo de asearse y comentar la jugada con su equipo. ¿Acaso no has preguntado tú por tu mecánico después de tanto tiempo? ¿Se puede ser tan inhumano, tan despreocupado? 

Lo que sí me creo es el ritmo tremendo del equipo Haas, que parecen los primeros del resto del mundo… con el permiso de Toro Rosso, que terminaron cuartos en Baréin con Pierre Gasly.

Le he dado muchas vueltas a esa cuarta posición de Toro Rosso-Honda. Cierto: hicieron modificaciones aerodinámicas y trajeron un nuevo desarrollo para el MGU-H y turbocompresor. Han mejorado y no han perdido fiabilidad, y su velocidad punta fue de 325 kilómetros/hora, la novena mejor.

Toro Rosso fue muy rápido a una vuelta y muy rápido en carrera. No sabemos si serán capaces de mantener esa inercia en China, pero es el mejor resultado de Honda en su retorno a la Fórmula 1. Las comparaciones con McLaren son odiosas. Para más inri, Pierre soltó un "ahora podemos luchar" por la radio para parafrasear las palabras de Fernando después de la carrera de Australia.

En el caso de McLaren y Fernando Alonso, domingos de resurrección. El sábado fue terrible, una clasificación muy mala para todo el equipo. Problema colectivo. El coche no daba para más. Pero el domingo consiguieron arreglar el entuerto y terminaron en los puntos con los dos coches, lo cual fue sorprendente. McLaren va tercera en el Mundial de Constructores y Fernando cuarto en el de Pilotos. No son posiciones reales, porque en condiciones normales estarían luchando por ser décimos en carrera. Pero nadie les puede quitar lo que ya han conseguido.

Baréin también fue una pesadilla para Carlos Sainz. No se sintió cómodo en ningún momento. No encontró los reglajes óptimos. Se equivocaron al escoger el mapa motor para la salida. Arrancó mal y luego se vio atrapado en tráfico, atascado detrás de unos Force India que no podía superar por su velocidad punta. Una vez más, terminó la carrera por detrás de su posición en parrilla.

Lo mejor de todo es que este fin de semana tenemos otra carrera. GP de China.

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