Lobato: "Yo no quería trabajar en deportes"

La gente puede no ser consciente de lo que supone vivir durante 12 años dentro de la Fórmula 1. Pueden ver la Fórmula 1 como un escaparate, como un espectáculo, y eso está muy bien, pero cuando estás dentro también tienes que enfrentarte a otras muchas cosas, como la tensión, el estrés, la responsabilidad, las ausencias. Te pierdes parte de tu vida con tu familia, la vida de tu mujer, de tus padres. El tiempo pasa muy rápido y tú no estás ahí. Estaba harto de sentirme como un extraño cuando volvía a casa y dije ‘se acabó’.

El hecho de volver a estar en casa fue algo importante para mi mujer, porque creo que ella es la que sufrió más mi ausencia. Se tuvo que enfrentar a todo sola y se sentía sola, y aunque no lo contara abiertamente para que no me afectase, saber que lo pasaba mal y que lo quería disimular te hace más daño.

Te pierdes cosas que no puedes recuperar, pero ahora he podido hacer cosas que antes no podía hacer. Estando en casa he podido leer libros, sacar a pasear al perro, reírme con mi hija o incluso discutir con mi mujer. Puede que la gente no sepa lo que es no tener una vida normal. He intentado tener una durante este tiempo, y me he enfrentado a retos que antes no podía atacar por mi compromiso con la Fórmula 1, como por ejemplo la Titan Desert o la Mongolia Bike Challenge. Necesitaba otros retos para fortalecer mi cabeza. El simple hecho de superar tus límites y conseguir los objetivos que te propones te hace estar súper orgulloso de tu mismo, y creo que eso afecta al resto de cosas que haces en tu vida. Sabes que, si superas esos retos, puedes superar cualquier problema que te surja.

El periodismo era un sueño cuando era niño. Antes de querer ser periodista, quise ser volantero, torero e incluso médico, porque mi padre lo era. Pero las matemáticas no eran mi fuerte… y hubo un día que el periodismo me empezó a volver loco. Recuerdo los reportajes de Miguel de la Quadra-Salcedo para Informe Semanal, en los que cubría conflictos bélicos desde el fragor de la batalla. Aquello era impresionante e hizo que me interesara por la comunicación. El problema es que en Oviedo no había facultad de Periodismo, así que marcharme de casa y venirme a Madrid con apenas 17 años, con el coste económico que eso supuso para mis padres y los miedos que uno puede tener cuando es tan joven.

40 años después, quizá no soy el periodista que quería ser de pequeño. Yo no quería trabajar en deportes. Mi vocación era ser como De la Quadra-Salcedo, pero me pusieron en deportes. Son de esas cosas que te marcan la vida. Alguien del ABC decidió que yo tenía que hacer deportes y me he pasado la vida vinculado a ellos. He hecho mucho más de lo que esperaba: he cubierto Juegos Olímpicos, mundiales de fútbol, Eurocopas, Giros de Italia… y entonces llegué a la Fórmula 1. Conseguí ser la voz de la Fórmula 1 y coincidió con el momento en que la Fórmula 1 se convirtió en el primer o segundo deporte de este país, a la par con el fútbol. Viví el tremendo subidón de ir a Brasil 2005 sabiendo que había 13 millones de espectadores que esperaban que contase el triunfo de Fernando. Siempre podré decir que tuve la inmensa fortuna de estar ahí y recibir el cariño de tanta gente.

No me arrepiento de mis 12 años en la Fórmula 1, pero no los repetiría. Ahora me dedicaré a narrar exclusivamente, a pilotar el coche. Los pilotos dicen que cuando más disfrutan es cuando están sentados en el coche, que todo lo demás es accesorio. Ahora yo me limitaré a pilotar el coche y dejaré el resto en manos de mis ingenieros, mis mecánicos. Voy a disfrutar. Por eso esta segunda etapa es tan apasionante.

ALONSO

Cuando se iba a anunciar mi incorporación a Movistar+, le envié un mensaje a Fernando para advertirle con antelación. No demasiada, un poco como él hacía cuando iba a fichar por un equipo. Él colgó en redes un mensaje diciendo ‘ya era hora que volvieras a trabajar’, ‘no viene mal trabajar de vez en cuando’. Me imagino que él estará contento, y Carlos también. Ojalá les vaya muy bien, porque entonces me será mucho más fácil hacer mi trabajo.

Toda mi vida me ha acompañado una pregunta: '¿Qué hará Fernando?'. Siempre respondo que volverá a ser campeón cuando tenga un coche igual o un poco peor que el de sus rivales. Entonces volverá a ser campeón, porque estoy convencido de que todavía es el mejor piloto de la parrilla. Sus rivales no hubieran tenido nada que hacer si hubiese tenido un buen coche estos últimos años. Algunos dicen que en 2007 Lewis acabó por delante de él siendo un debutante, pero un día deberíamos hablar de todo lo que tuvo que soportar Fernando durante aquel 2007. Aquello demostró su capacidad. Hubo momentos en los que tuvo miedo de subirse al coche, porque no sabía qué podía pasar. En algunas reuniones le amenazaban con tocarle el motor para que corriera menos. Él está convencido de que también le tocaban las presiones. El piloto confía en su equipo porque son unos profesionales, pero si le cambias las presiones al coche quizá el coche ya no frena donde tiene que frenar. Aun así, él se subió al McLaren y acabó a un punto del Mundial, empatado con Hamilton.

Hoy empieza una nueva etapa. Como Fernando, la afronto con optimismo. Con alguna duda quizá, pero estoy aquí y tengo que aprovecharlo al máximo. Sólo espero transmitir la pasión necesaria para que os lo paséis muy bien, y os quiero agradecer todo lo que habéis hecho por mí estos últimos años. Vamos a darlo todo, a ver si juntos nos lo pasamos muy bien”.