Un Mercedes 230 SL… Corvette

¿Y cómo no iba a ser bello, si su diseñador era Paul Bracq? Además de elegante y deportivo, tenía un rendimiento interesante, con un motor de seis cilindros en línea y 2.3 litros, que entregaba 150 caballos. Estaba construido en su mayor parte en aluminio, y gracias a unas excelentes suspensiones y frenos, su manejo era excelente. Tanto, que en el 'cuarto de milla' en la pista de Vétraz-Monthoux, el ingeniero y piloto Rudolf Uhlenhaut marcó un tiempo de 47’5 segundos. El Ferrari 250 GT de motor V12 y 3.0 litros había marcado con Mike Parkes un tiempo de 47’3 segundos.

Y sin embargo, no todo el mundo estaba satisfecho con su potencia. De ahí que hubiera propietarios, como el del modelo que os traemos, que decidiera cambiar el motor por otro más poderoso. Nada menos que uno de 5.7 litros, V8, del Corvette. Encajar el motor en el Mercedes no debió ser fácil, pero el actual propietario no sabe ni quién ni cómo lo hizo: lo compró así. Tampoco las llantas son originales.

Se trata, al fin y al cabo, de un pequeño Frankenstein de aspecto agradable, y que si funciona correctamente, puede ser muy divertido. Esta a la venta por 60.000 dólares –más de 56.000 euros–, y salvo esas modificaciones, el coche se encuentra en perfecto estado. La cuestión es: ¿genialidad o sacrilegio?