McLaren 675LT, aún mejor que el 650S

Al igual que Porsche con sus versiones RS o Ferrari con los Scuderia o Speciale, McLaren mejora su último superdeportivo para potenciar sus virtudes pensando en un uso intensivo en circuito.

Para ello ha rescatado la denominación Long Tail (cola larga) que ya se utilizó en el McLaren F1 GTR de Le Mans. Este destacaba por una trabajada aerodinámica con un llamativo alerón posterior de mayores dimensiones.

En esta ocasión se ha aumentado la carga aerodinámica en un 40% gracias a un frontal de distinta factura que incluye unos splitter que redirigen el flujo de aire. Como no podía ser de otra forma, el alerón trasero crece y es ahora un 50% más grande.

Pero el McLaren 675LT es mucho más que eso. El 33% de las piezas son nuevas o rediseñadas respecto a la versión 650S, entre ellas nuevos colectores de titanio más ligeros, turbos más eficientes, bielas fabricadas en materiales más resistentes o asientos de competición en fibra de carbono.

La lucha contra el peso también ha sido fundamental para los ingenieros de Woking que utilizan de forma intensiva la fibra de carbono. El paragolpes trasero, los faldones laterales, paneles de carrocería, interior y algunas partes del chasis fabricados en este material logran reducir en 100 kilos el peso, parando la báscula en 1.230 kilos.

El bloque M838TL de ocho cilindros turbocomprimido experimenta cambios en el 50% de sus piezas y obtiene un rendimiento máximo de 675 caballos y 700 Newton metro de par. Este incremento de potencia junto al resto de mejoras le permiten alcanzar los 100 kilómetros/hora en 2,9 segundos, los 200 en 7,9 segundos –cinco décimas más rápido que el McLaren 650S- y una velocidad máxima de 330 kilómetros/hora.

Como broche de oro a esta versión tan especial, sólo se van a fabricar 500 unidades del McLaren 675LT y todas ellas ya han sido vendidas por 259.500 libras esterlinas, lo que al cambio son aproximadamente unos 360.000 euros.