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Competición

Crónica Spain Classic Rally 2018: el comienzo de una nueva afición

Participamos en la última etapa de la primera edición del Spain Classic Rally
Disfrutamos con los secretos de este tipo de pruebas: trabajo en equipo y navegación
Nuestro Mazda MX-5 fue el perfecto acompañante gracias a su ágil comportamiento y respuesta inmediata
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19 Mayo 2018 - 09:26

En el recuerdo, hace ya casi una década, aquella prueba que supuso el regreso a la competición de Carlos Sainz padre, que junto a su copiloto de toda la vida, Luis Moya, recorrieron a toda velocidad el puerto del Herradón en un Porsche 911 SC durante el Rally de España Histórico.

En aquella noche cerrada, los faros cuneteros y los de largo alcance del nueveonce proyectan un haz de luz sobre la carretera a la vez que el seis cilindros bóxer emana su genuina sinfonía que despierta a los cientos de aficionados aletargados –yo entre ellos- que esperan en las cunetas una fría noche de marzo.

Ahora somos nosotros los que un 11 de mayo nos encontramos en pleno tramo de calibración, en nuestro primer rally de regularidad, estrenando el formato Classic Spain Rally. Y en estas circunstancias, con los faros alumbrando una carretera oscura y desierta mientras el copiloto "canta" las primeras notas del roadbook, la situación mágicamente parece haberse invertido. Los duendes electrónicos de la aplicación móvil nos han tenido en vilo y han puesto en duda nuestra participación hasta última hora, lo que da cierto tinte épico al comienzo de esta pequeña aventura.

Para alguien como yo que ha vivido los rallies desde la barrera y que me es más cercano el asfalto del Jarama que los tramos del Shalymar,  participar en este tipo de pruebas mezcla el nerviosismo de la primera vez y las ganas de disfrutar al máximo. Las pulsaciones no hacen más que aumentar cuando charlo amistosamente con algunos de los participantes, que ya llevan seis días de rally por tramos de toda España y casi 3.000 kilómetros a sus espaldas, y descubro que ¡hay varios exparticipantes del Rally de Montecarlo histórico!

Mini Cooper 1300

Una de las liturgias sagradas en los rallies es la verificación técnica. Supone el 'bautismo' del vehículo, que antecede el mágico momento –al menos así lo sentí yo– de vinilar el coche con los patrocinadores y el dorsal con el que vamos a defendernos en la prueba. Y que mejor ocasión para estampar el 47 en la puerta de nuestro Mazda MX-5 de primera generación que el parque cerrado de la etapa anterior y rodeado del resto de monturas que llegan polvorientas al final de la etapa.

Vinilos Soymotor.com

La heterogeneidad de vehículos es curiosa, con modelos que van desde un clásico Porsche 911, pasando por un BMW M3 E30 o un Toyota Celica con estética de Carlos Sainz, un Mini Cooper 1300 o un muy británico Aston Martin V8 Volante. Mención especial merece el más antiguo de todos, un Volkswagen Karman Ghia de los sesenta. Entre ellos el Miata no desmerece y despierta el interés de algunos curiosos. 

Participantes

Pero nosotros no hemos venido a recrearnos con los coches rivales. Queremos hacer un papel digno, aunque sea nuestra primera participación en un rally de regularidad histórico y eso implica un trabajo antes de meter primera. Especialmente para el copiloto, que como nos dice un participante con muchos rallies a sus espaldas, es "el culpable del 90% del resultado" en este tipo de pruebas. Como bien sabes aquí no gana el más rápido sino el que menos se aleja de la media y para ello las instrucciones del copiloto son fundamentales. Por ello, el roadbook será su mejor amigo las próximas 24 horas. 

En estas pruebas es principalmente el copiloto quien determina el éxito o el fracaso

Mientras, yo iré al volante del pequeño roadster japonés, por lo que me empleo a fondo para lograr un habitáculo lo más cómodo y práctico posible para las más de 6 horas que pasaremos –disfrutando– a bordo. Esto implica instalar sujeciones para la Tablet y el móvil, limpiar a fondo cristales para tener la mejor visibilidad y disponer todos los elementos adecuadamente para poder usarlos en ruta –gafas de sol, agua, algún tentempié, cargadores extra, cámara de fotos y vídeo, etc–.

Parking

Llega el día y no necesito el despertador ya que los bramidos de la línea recta de escape de un Peugeot 1.3 Rally reverberan por el hotel a las afueras de Cuenca desde donde partirá la etapa. Una vez instalado el transponder y sincronizado nuestro reloj con el de la organización, toca calcular los tiempos de salida en el Carnet de Ruta o Control.

Esto es fundamental para saber a la hora exacta de la que deberemos salir de cada uno de los tramos cronometrados, para no penalizar por salir antes o después de tiempo. En nuestro caso la salida es a las 9:27 am, y salimos con diferencia de 1 minuto respecto al coche anterior, un bonito Saab 900, y el que nos precede, un espectacular Lancia Integrale Deltona blanco.

 

Instrumentación

Por si los nervios no nos atenazan lo suficiente, a menos de un minuto para la salida la organización nos entrega una hoja con hitos, otra forma de medir la regularidad, que deberemos cumplir más adelante. Además, a diferencia de la mayoría de etapas previas, el inicio de etapa coincide con el inicio del primer tramo cronometrado, que curiosamente es el mismo que usamos para el tramo de calibración la noche anterior.

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3,2,1… ¡Adelante!

Con los primeros metros la tensión se suelta y al ser un tramo que hemos utilizado anoche para calibrar el odómetro, controlamos este primer recorrido de apenas 4 kilómetros. Aquí empieza la competición, sin más preámbulos, y ahora solo tengo ojos para la carretera y oídos para mi copiloto. Mientras ella me dice desvío y posibles cambios de medio, yo me empleo a fondo con el pequeño biplaza para intentar clavar la media impuesta por la organización. 

El excelente comportamiento del Mazda MX-5 y su gran tacto de gas ayudaron mucho a situarnos en la media

¿Y cómo se hace eso exactamente? Gracias a nuestro rutómetro digital, el Rabbit Rally, que sincronizado con los tramos y las medias, indica en tiempo real cómo de cerca estamos de la media ideal, mientras nos indica la velocidad real del coche, todo medido por GPS. Rojo significa que vas adelantado y hay que bajar el ritmo, verde es que debes acelerar. Hay algunos participantes que pasan de la electrónica y utilizan todo analógico –cronómetros, relojes digitales, anotaciones y roadbook en papel–. Todo esto parece sencillo y las medias inferiores a 50 kilómetros/hora no parecen impresionantes, pero es muy divertido ya que en tramos de curvas cerradas debes ir a un "ritmo alegre", especialmente en los virajes.

Como os contamos en el artículo introductorio a los rallies de regularidad, al haber controles secretos no debes relajarte nunca e intentar estar siempre en la media como sea. Aquí es especialmente importante conocer el coche y tener un buen tacto del gas, en nuestro caso la tercera velocidad fue la idónea para mantener las medias, frente a una segunda marcha que hacía al coche demasiado nervioso y sensible y una cuarta que lo dejaban muerto a muy baja velocidad y en salidas de curvas cerradas. 

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Una navegación precisa es otra de las claves fundamentales para lograr un buen resultado. Piensa que mientras vas marcando la media hay desvíos, referencias y otros elementos que el copiloto debe seguir sin pérdida para completar el recorrido sin fallo. Perderse puede significar dos cosas: en un tramo cronometrado arruinas la media y penalizas muchísimo, mientras que si te pierdes en un enlace –tramo no cronometrado que une dos tramos cronometrados–, deberás correr como el viento para llegar a tiempo al inicio del próximo tramo cronometrado –recuerda que la organización marca una hora exacta en la que debes iniciarlo–.

roadbook

Después de un primer tramo cronometrado apasionante y con la adrenalina a flor de piel, nos encontramos con algunos coches que ya se han perdido y que nos adelantan para recuperar tiempo. Y es que esto no es tan sencillo como parece. A la llegada al siguiente tramo cronometrado experimentamos otra forma de regularidad, los hitos. En este caso, se trata de pasar por los hitos kilométricos de la carretera a un minuto y segundos exactos que indica la organización, con lo que deberemos calcular la media de velocidad aproximada con un sencillo cálculo –todo esto lo hace el copiloto en marcha–, para intentar clavar los tiempos. Ya sabes, cada segundo por encima o por debajo penaliza un punto. Y no vale eso de llegar mucho antes y pegar un frenazo ya que la organización nos sancionará por ello.

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Los tramos de enlace suponen un respiro y también son interesantes ya que debes intentar no perderte en ningún momento. Inmersos en la competición y con la tensión del inicio no nos habíamos dado cuenta, pero estamos rodando por unos parajes de ensueño. Paredes de roca, pantanos, carreteras que bordean o atraviesan bosques, tramos ya clásicos de rallies de velocidad y muy poco tráfico para ser sábado. Esta mezcla entre competición y naturaleza, en nuestro caso potenciados por el nulo aislamiento de la capota plegada del MX-5 suponen una experiencia inolvidable.

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Y luego está el trabajo en equipo, fundamental para llegar a buen puerto. Como pudimos experimentar el paso de los kilómetros, los primeros que recorrimos en una prueba de este tipo, la comunicación y lenguaje es cada vez más fluido, lo que permite afinar más cada una de las referencias mientras una amplia sonrisa fruto del trabajo bien hecho asoma en ambos ocupantes.

Reagrupamiento

El compañerismo y buen rollo con el resto de participantes es otro de los grandes atractivos. En una competición en la que tu rival es el cronómetro y no tanto el resto de coches, resulta evocador encontrar a los tres o cuatro coches precedentes esperando en el punto marcado –puede ser una señal, un camino u otra referencia– como el inicio del próximo tramo cronometrado.

Señal inicio tramo cronometrado

En el caso del Spain Classic Rally, y salvo pérdida por el camino, solíamos llegar con unos diez minutos de adelanto lo que permitía comentar las sensaciones con otros pilotos y copilotos. Y a decir verdad, tampoco estaba nada mal ver reflejado en el retrovisor un Deltona en los enlaces…

Deltona

En una etapa que contó con más de 30 participantes, la buena organización fue otra de las claves para que todos disfrutásemos de un Spain Classic Rally, que en nuestro caso, quedará siempre en nuestra memoria por ser el primero y por "meternos el veneno" de este tipo de pruebas. Varios Alfa Romeo Stelvio como el que probamos hace un año, permitió controlar tramos y abrir camino a los participantes. Además, también sirvió de transporte para el equipo de fotógrafos, esos que lograron algunas de las magníficas instantáneas que ilustran este reportaje.

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¿Y cómo fue el resultado final?

Pues sorprendente hasta para nosotros. Desconocíamos que existía una web en la que poder mirar el resultado en vivo de cada tramo cronometrado, aunque sinceramente tampoco creo que lo hubiésemos consultado durante el rally. Bastante presión ya teníamos con no perdernos… Y no sólo no lo hicimos, sino que acabamos en una impresionante 13º posición final en la etapa.

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Recordemos que todo era desconocido para nosotros antes del rally: roadbook, medias, funcionamiento del rally, indicaciones, etc. Pues a pesar de todo ello logramos resultados parciales increíbles, como ser segundos en el último tramo cronometrado TC8– ¡con sólo 1,2 segundos de penalización! Con un total de 131,5 puntos acabamos a sólo 10 puntos del TOP 10 y a 62 puntos del podio. 

El 13º puesto final y ser segundos en el TC8 fue un resultado tan inesperado como sorprendente

La victoria de la etapa fue para un Citroën AX, seguido de un Autobianchi A-112 y un Fiat Uno cerró el podio. Como ves no se trata de potencia máxima ni de caballos sino de clavar los tiempos gracias a una perfecta sincronía entre coche, piloto y copiloto.

El fin de fiesta también fue memorable, con una llegada al corazón de Madrid en plena Cuesta de Moyano, en el que todos los participantes cruzaron la línea de meta acompañados de la bandera ajedrezada. Allí se organizó un aparcamiento a modo de exposición de todos los coches que hicieron las delicias del público asistentes. Mientras, los participantes disfrutamos contándonos las últimas 'batallitas', que había sucedido poco antes.

Para poner el broche de oro de esta primera edición del Spain Classic Rally, una cena de gala sirvió para agradecer a los participantes su entrega, a la organización el esfuerzo y todos juntos recordar los mejores momentos de un rally muy especial.

En nuestro caso este Spain Classic Rally deja una profunda huella en nuestra afición al automovilismo. Descubrir esta nueva modalidad y poderlo hacer de la mano del Spain Classic Rally ha sido una de las mejores experiencias del motor que hemos vivido nunca. Prepárense para 2019, ¡porque pensamos repetir!

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Resultado final de la octava y última etapa del I Spain Classic Rally 2018:

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