Decisión insospechada, que no descabellada

El campeón dice adiós apenas cuatro meses después de haber renovado hasta 2018. ¿O ya lo tenía en mente y aceptó porque en caso contrario no habría llegado al título?

La verdad, no me hubiera sorprendido nada que Lewis Hamilton hubiera decidido cambiar de aires, tomarse un año sabático o alejarse de la Fórmula 1. La suya hubiera sido una reacción visceral, de pataleta si se quiere, que cuadra con la imagen un tanto frívola que da el personaje, tan implicado en fiestas, saraos y eventos por su cuenta como con la F1... Hasta el punto que posiblemente ello haya influido mucho en el hecho de que no haya alcanzado al título. Un piloto que en su día dijo que ya sabía lo que haría cuando dejase las carreras y que trabaja activamente en construirse su marca.

Pero no de Nico. Un piloto trabajador, implicado, culto, educado, políticamente correcto. Nico parece el yerno que cualquier señora quisiera tener… aunque como amante probablemente preferiría las formas divertidas, ocurrentes y alocadas de Lewis.

La decisión de Nico ha sido inesperada. Sólo Mike Hawthorn en el ya lejano 1958 se había retirado al conquistar su primer título. Pero es consecuente con la de un hombre que ha conseguido su objetivo, que ha luchado por él como nadie. Que seguro ha tenido que esquivar muchos puñales y que ha aprendido que en F1 hay ‘conocidos y ‘traidores’ pero no ‘compañeros’ o ‘amigos’. Su amistad con Lewis, desde niños, se quebró cuando el británico entró en Mercedes y quiso imponerse en el seno del equipo.

Para algunos Nico pasará a la historia como el campeón efímero –pese a la errónea celebración de Felipe Massa en Brasil 2008-, para otros, además, inmerecido.

Y sin embargo Rosberg es un gran campeón. La forma en que gestionó su última carrera es de libro. No se puso nervioso, no cometió errores. No quiso el riesgo de intentar superar a Hamilton, se mantuvo lejos de él –como a salvo de un incidente a lo Schumacher-Hill o Prost-Senna- pero acercándose lo suficiente al británico cuando Vettel o Verstappen se le aproximaban en exceso. Eso disuadía a los otros de intentar una maniobra que hubiera tenido que ser de doble adelantamiento y que les hubiera dejado macados de no salir bien. Y a la vez obligaba a Hamilton a renunciar a su ritmo tranquilo para no perder su victoria, la condición prácticamente necesaria (aunque insuficiente) para tener opciones al título.

Pero Rosberg ha tenido otras carreras importantes este año, victoriosas o no, en las que se ha cimentado el título. Aquellas carreras en las que ha sabido llegar a la meta con un Mercedes renqueante, casi siempre por problemas de frenos, uno de los puntos débiles de Mercedes este año- y salvar la situación. Fue en estas carreras donde se forjó su corona, no en el final de Abu Dabi.

Nico se va porque ha logrado su objetivo y no tiene ganas de volver a pasar por las penurias para repetirlo. Él no es un hombre mediático: lo suyo es ‘correr y desparecer’, refugiarse en su hogar de Mónaco, hacer vida familiar y ocuparse de sus negocios inmobiliarios junto a su esposa Vivianne. Para él, la gloria y los títulos, el dinero, no compensan los sacrificios, el estrés de la presión, la dedicación y sacrificio de la F1. Por él, los placeres de la vida, las prioridades, son ya otras. "Lo que he sentido este domingo no quiero volver a sentirlo", dijo al finalizar la carrera.

Sin embargo quizás lo volvamos a ver en los circuitos. No sé si retornará a la F1, pero sí que volverá a correr. No en vano ha dicho muy claro que "se retirá de la Fórmula 1", no del automovilismo.