Presentaciones y anécdotas

Era una magnífica ocasión para una gala televisada y atraer a los aficionados a la pequeña pantalla. Una ocasión para hablar de campeonato.

Pero los equipos se negaron. Los pequeños, porque sabían –o creían saber– que los grandes les restarían cualquier protagonismo. Los grandes, porque quieren ser protagonistas de su propio evento. Y así, cuando los grandes anunciaron sus fechas de presentación los pequeños intentaron adelantarse, aunque fuera presentándose por sorpresa, con objeto de acaparar los primeros comentarios sobre el 2018. Cuestión de marketing –quien da primero da dos veces– aunque los grandes dan siempre, sean los primeros en salir o los últimos en hacerlo.

Los tiempos han cambiado. Las grandes presentaciones en eventos faraónicos, de presupuesto incalculables, quedaron proscritas desde hace años. La de 2007 de McLaren, con Fernando Alonso en Valencia, restará en los anales, aunque Briatore ya había organizado antes alguno en esa dirección. Ni siquiera en las propias sedes con multitudinaria presencia de la prensa invitada para la ocasión.

Internet lo ha cambiado todo. Si antes se hacía una gran presentación y los aficionados debían esperar a algún reportaje nocturno en TV por ver el coche o a los diarios del día siguiente para tener un idea… a la espera del análisis de la revista semanal, ahora es la inmediatez. Y sobre todo, youtube y el 'live streaming' ha permitido a los equipos llegar directamente a los aficionados, comunicando lo que les interesa sin necesidad de intermediarios.

Hubo una época en la que pilotos y equipos eran accesibles directamente. Después llegaron los jefes de prensa para hacer de filtro, ayudar a la prensa y poner en cierto orden. Siguió una época en la que los 'jefes de prensa', al menos algunos, quisieron hacer de 'editores' o 'censores'. Y ahora, son los propios equipos los que son dueños de su comunicación masiva a través de las redes sociales; es suficiente para muchos seguidores y sólo los más interesados –cada día más, por cierto– siguen a los medios independientes, leen sus análisis y debaten sobre ellos.

La importancia del marketing es tal que no se duda en hacer 'eventos extraños' sacando a la F1 de su contexto… 'para acercarla a la afición': road show, eventos en el Himalaya, una playa del Caribe o una pista de esquí…. para captar la atención de los medios que no se interesan mucho por los GP y reducen la información de los mismos a un 'suelto' o 'breve', medios en los que la 'photo call' o la 'alfombra roja' tiene más importancia que el evento en sí. Y por esa misma regla de tres asistimos a eventos previos 'peculiares', desde pilotos bañándose con delfines a saltando en paracaídas, pasando por verlos como cocinan un menú o se convierten en jugadores de fútbol, rugby o cowboys por un día.

Algunas veces tengo la –errónea– sensación de que en los días actuales, con las redes sociales, la anécdota se hace noticia y la noticia no importa. Lo malo es que las anécdotas no son reales –tampoco 'fake'–. Sino que son artificiales, construidas a posta para obtener una respuesta y donde el papel del periodista se transmuta en el de 'comunicador', que es otra cosa.

Se divulgan más estos actos 'de glamour' que la carrera en sí. Es como si se pensara que correr en F1 no ser un objetivo para los pilotos sino una plataforma para devenir 'celebrities' o 'influencers'. Afortunadamente sé que no es así, por más que algún 'verso suelto' lo haga parecer; los pilotos aman las carreras, quieren ganar…. Y aceptan esta servidumbre del marketing porque no hay más remedio, la parte triste y lamentable de su profesión.

No se equivoquen. No es así como se capta la afición. Si no hay más aficionados en los circuitos no es por falta de interés sino porque los precios son disuasorios. Porque tienen al costo de la entrada hay que sumar el nunca barato del catering, el siempre deseado merchandasing y el desplazamiento. Por si fuera poco, en muchos circuitos las comodidades no son muchas y los pequeños eventos alternativos o atracciones para 'matar los tiempos de espera' son inexistentes. Para hora y media de disfrute del evento acaba empleando casi todo el día.

Aunque quizás todo ello sea casi obligado en los tiempos en que las redes sociales lo devoran todo: exigen inmediatez y las noticias son tan fugaces que se precisan noticias constantes y continuadas. Lo dicho, por cada noticia real se fabrican mil anécdotas noticiables.

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