La mano de Liberty empieza a notarse

No han tenido aún tiempo de trabajar, todavía se está prisionero de la draconiana forma de hacer negocios de Bernie, aún hay que pactar con los otros –circuitos, equipos, FIA– muchos cambios… pero la voluntad de cambiar no sólo se manifiesta en declaraciones sino en los primeros actos.

Son pequeños detalles, marginales en algún caso, casi desapercibidos para el profano pero que en conjunto crean un nuevo ambiente. Está claro: Liberty quiere encandilar al público, fildelizarlo.

Se nota, por ejemplo, en el paddok de la F2. Aquello ya no es 'chechenia' o 'guantánamo', alejados de la F1 y encerrados tras una triste valla de reja. En Barcelona, han pasado a tener un paddock más elegante, más ordenado, algo mayor, ocupando el sitio donde antes la 'élite' de la F1 aparcaba sus coches, junto al paddock del hermano mayor.

Se nota en la zona comercial tras la tribuna principal, más atractiva, más ordenada, con algunas animaciones extras y el flujo de personas más organizado. Incluso con la aparición esporádica del añorado 'rugido', aunque fuera por la presencia de dos ya veteranos biplazas de F1 para alguna demostración.

Y se notará hoy con algunas actividades extras en la misma parrilla de salida.

Ayer, 57.230 aficionados presentes, unos 2.000 más que el pasado año. Para los conocedores del tema, ello augura una entrada hoy que podría superar los 95.000 aficionados presentes, incluso acercarse a los 100.000 por el efecto de la mejoría de Alonso.

La cifra de 57.000 aficionados del sábado no es baladí. Todo lo contrario, resulta excepcional. Hay muchos Grandes Premios europeos que apenas superan esta cifra… ¡el domingo de carrera!

Sólo Silverstone está por encima de Barcelona en cuanto a presencia de espectadores en domingo por lo que a Europa se refiere. Ni Monza, ni los circuitos germanos, están. Fuera de Europa, México y sobre todo Suzuka, también están por encima. Tres Grandes Premios en el Circuit están entre los diez con más espectadores de la última década. Y lo que es importante para el impacto económico: casi un 60% largo de los espectadores es foráneo, combinando F1 y turismo.