El retorno de Loeb: ¿Nunca las segundas partes fueron buenas?

Pero una cosa es la realidad física y otra nuestros sentimientos. Por eso, el posible retorno de Robert Kubica causó tanto revuelo mediático. Y por eso ahora lo causa el de Sebastien Loeb. Tras el Rally de Suecia y la polémica por el orden de salida dijimos que en México volvería a hablarse del tema. Sin embargo en Guanajuato ahora importa mucho más otro tema: el retorno de Sebastien Loeb.

Seis años después de abandonar los rallies –cinco si tenemos en cuenta que en 2013 participó esporádicamente, cuatro pruebas, ganado dos y siendo 2º en otra– para dedicarse al Rallycross, el nueve veces campeón del mundo, volverá al Mundial de Rallies.

Loeb ha sido el más grande. Sus 9 títulos mundiales consecutivos; sus 78 victorias en 169 rallies, con sólo 21 abandonos, y sus 904 victorias de tramo están ahí.

Dicen que quien tuvo, retuvo. Pero no está claro que tras cinco años completos fuera de la especialidad –salvo su 'fiesta' de fin de año cuando corre con Séverine, su mujer, de copiloto, y un 'cameo' en el Montecarlo de 2015, en el que fue 8º– cabe preguntarse si no habrá sucedido mucho tiempo, demasiado tiempo. Es más, muchos se preguntan si Citroën ha hecho bien en 'sacrificar' la participación del prometedor Craig Breen para darle su plaza a Loeb en México y otras tres pruebas del Mundial.

Desde el punto de vista mediático, el golpe de escena es importante. Y quizás necesario para Citroën que, tras un 2017 de bajo perfil, marcado por los incidentes del tan rápido como imprevisible Kris Meeke, necesitaba un revulsivo. 

Está claro que el C3 WRC+ no ha estado hasta la fecha a la altura de sus rivales. Ha tenido numerosos problemas y no siempre ha sido lo competitivo que se esperaba. De ahí que quisieran la opinión de Loeb y que el francés hiciera varios test el pasado año que dieron paso a este retorno. Un retorno que quizás Citroën hubiera querido fuera más intenso pero que quizás los intereses del propio piloto y del grupo PSA no lo han hecho posible.

Loeb se muestra esperanzado ante esta incursión, pero a la vez muy cauto. "Tengo algunas dudas, como todo el mundo, aunque espero seguir el ritmo más o menos. No tengo ni idea de dónde estoy respecto a los otros pilotos, así que estoy impaciente por empezar. Hay que tener en cuenta que esto sigue siendo el Campeonato del mundo. Los demás pilotos se han quedado aquí los últimos años. Además, el 28% del rally será nuevo para mí, que no corro en México desde 2012, mientras que para los demás sólo el 4%. Pero mis recuerdos de ese 72% son de hace seis años y he tenido que trabajar para refrescarlos y no sentirme por completo desorientado, viendo videos de las últimas ediciones", señala el piloto que también ha intentado hacer test con un DS3 WRC de la reglamentación anterior para recuperar 'feeling'.

En cualquier caso está satisfecho de los test previos. "Estoy satisfecho con los test que hicimos. Cubrí unos 500 kilómetros en dos días. El C3 WRC me pareció bien equilibrado y sentí que había mejorado desde mi último test a final de 2017. He intentado mejorar mis opciones pasando algún tiempo con un DS3 WRC antes, para recuperar las sensaciones y reflejos".

Loeb justificaba elección de esta prueba para su retorno. “Este es un rally que siempre me ha encantado, así que tengo grandes esperanzas. Seguro que disfrutaré de estos tramos con el C3 WRC, que es un coche muy emocionante de pilotar. Espero que mi posición de salida del viernes –11º– me ayude a aclimatarme, porque con la normativa actual, hay que hacer un buen primer día, o sufrirás el resto del rally".

La expectación mediática sobre este retorno es espectacular, pero en Citroën quieren rebajar la presión que ello supone y Pierre Budar, el director del equipo, avisa sobre el tema. "Estoy encantado de ver a Sébastien y Daniel de vuelta en el equipo. Aunque seguramente les faltará impulso en comparación con la competencia, siguen mostrando el mismo profesionalismo y determinación que cuando empezaron, y esperan hacerlo bien aquí".

Los últimos test los realizó hace menos de una semana en España y se mostró satisfecho de las mejoras aportadas a los reglajes de suspensión y afirmó Loeb que "en cada test mejora el 'feeling' con el coche".

Nunca segundas partes fueron buenas, dice el refrán... ¡pero hay excepciones! Y es que el refranero siempre da las dos soluciones, positiva o negativa. Por ejemplo, "la veteranía es un grado" o "más sabe el diablo por viejo que por diablo".

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