Del 'Undercut inverso' al 'Verstappon'

Mi buen amigo Raimon Duran sostiene que la de Esteban Ocon y Nico Hülkenberg superando a Fernando Alonso, con la gran defensa que hizo el francés de su plaza frente al intento del germano.

Es cierto que es una gran imagen. Es más, la mejor de cuantas se vieron en pista. Pero para mí la que define mejor este Gran Premio es otro: la de Toto Wolff golpeando con el puño el tablero/pupitre/mesa del muro de boxes. Signo de impotencia al comprobar que Sebastian Vettel y Ferrari les había ganado la partida.

Un error táctico de bulto, que me recuerda al que se cometió en Ferrari en 2010, cuando en Abu Dabi llamaron a Fernando Alonso a boxes para cubrir una posible estratega de Mark Webber, el rival más peligroso sobre el papel del asturiano en la batalla final por el título. Y Vettel acabó llevándose carrera y título.

Ya habían avisado en Mercedes que Ferrari andaba fuerte… pero todos pensaron que la marca de la estrella todavía tenía un as en la manga. Ya dijo Lewis Hamilton que el favorito era Vettel, pero se creyó que Lewis se limitaba a sacudirse presión de encima. Y muchos pensaron que, como en 2016, Mercedes no lo había dado todo en los test y Ferrari sí, incluso un poco más.

Tengo mis dudas al respecto de lo sucedido en Melbourne. ¿El cambio de suspensión a última hora, para evitar conflictos con la FIA ha afectado a los Mercedes? ¿Han perdido alguna décima o bien degradan un poco más las gomas? ¿Ha mejorado tanto Ferrari?

La impresión es que en Mercedes, tal como estaba la carrera, temieron un posible 'undercut' por parte de Ferrari y Vettel y quisieron defenderse. Practicaron el 'undercut inverso', es decir anticiparon su parada para no ser sorprendidos…. pero cayeron en el 'tráfico', concretamente justo detrás de 'Verstappon'.

Al joven holandés le importaba un pepino que Hamilton se jugara la carrera. Incluso que ya fuera con gomas frescas y lo fulminaría cuando él se viera obligado a parar. Max defiende siempre su posición con uñas y dientes.

Durante seis vueltas que fueron eternas para los de Mercedes, hasta que Max paró, Vettel fue abriendo un hueco importante, más de un segundo, casi segundo y medio, por giro. Y cuando el Ferrari paró, el colchón del alemán era ya importante: más de seis segundos que Lewis pese a sus esfuerzos, ya no estuvo en condiciones de neutralizar, en parte porque sus gomas tenían diez giros más.

Se entiende el cabreo de Toto. En las carreras se gana o se pierde, pero lo de Melbourne era una derrota por gol en propia puerta. Y eso escuece.