Carlos Sainz, mucho más que una promesa

Pero a la vez toda esta 'alonsoatención', quizás no permita valorar de la manera que se merece la carrera, el carrerón, de Sainz. Un octavo puesto no lejos del VJM10 de Sergio Pérez, pisándole los talones.

El mérito de Carlos ha sido haberse mantenido en esta posición desde el inicio de carrera pese a su STR12. No voy a decir que el coche de Faenza sea un mal coche, pero el motor Renault está lejos de ser el propulsor de sus rivales.

Está claro que la jerarquía está ya establecida y Toro Rosso debe luchar por ser líder del segundo pelotón, con permiso de Williams, que está un pasito por encima, pero muy cerca de Force India o Haas. 

Carlos dejó claro que los elogios que ha recibido por parte de varios jefes de equipo no son gratuitos, sino que se los ha ganado a pulso. Es algo que ya dije en su día y también las razones por las que Red Bull no le concedió 'la libertad' y se apresuró a confirmarlo cuando se habló del interés de Renault por él. Una decisión que a mi entender era la mejor para el madrileño.

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Carlos ha tenido en su carrera deportiva dos problemas. El haber sido 'tapado' por la sombra de Alonso, que acaparaba la atención mediática española y el haber sido compañero de Max Verstappen, que le robó un merecido protagonismo porque la prensa internacional sólo tenía ojos para el 'neocampeonísmo' holandés. Pero como bien dijo Helmut Marko o admitieron Franz Tost y James Key, el madrileño estaba a la altura de su carismático e impulsivo compañero.

Así que no cabe hablar de Carlos como promesa. Sería infravalorarlo. Sainz es una realidad que se ha ganado ya larga permanencia en la F1. Estoy convencido de ello, como que en uno o dos años lo vamos a ver en un equipo puntero.