Los hay de carreras, jacos españoles de doma, y al final Pequeño Pony. Hoy vamos de caballos

En cuestión de motores, sin duda el gadget del año, Mercedes no escupe hacia abajo pero podría. Su clientela sonríe abiertamente por la buena compra que hicieron. Sus propulsores son como pilas de chinos que empujan con saña, no se cascan -o hasta el momento no de manera visible- y de momento cuentan como victorias invernales cada jornada que alguno de sus soldados sacan sus coches a rodar, ya sea por Jerez o por el desértico y polvoriento circuito de Bahréin. 

Mercedes motorista pule la estrella de Mercedes escudería, saca del agujero negro en el que se encontraba a McLaren, lleva a lo más alto de las tablas de tiempos a Checo Pérez con un hasta ahora medianero Force India que automáticamente se abona a la Q3, e incluso hay hasta quien suspira por ver en el cajón a mis Williams que llevaban una década derrapando en las salidas hasta el punto de no moverse. Si hay una escudería que puede verdaderamente dar un paso adelante son ellos, y falta que les hace, a los que más. 

Bajo la luz de las estrellas se cuela el Ferrari con motor idem que se reparten a pachas entre El Hombre de Hielo y el muchacho de Oviedo; Raikkonen tiene la mitad de títulos que su socio, y ALO tiene un dorsal que es igualmente la mitad del de Kimi Mathias, todo muy repartidito, como buenos hermanos. Pues la Hermandad Encarnada da pasitos para con menos motor pero mucho curro y desempeño en aparentemente otras áreas, pegan pasos palante para no perder pie. De la inferior eficacia de su V6 da la pista que apenas ningún otro equipo, básicamente Sauber, pueda colarse en la zona alta de los tiempos; motor hay relativamente, coche... pues no. 

El drama, la telenovela, el culebrown (mezcla de culebrón y marrón) es el melón de doce kilos que se están encalomando por la retaguardia en Viry-Chatillon. Los gabachos que construyen los motores del rombo no han estado atinados, es evidente. El pobretico Remi Taffin, el responsable último del desaguisado, tuvo que operarse de apendicitis de urgencias en un hospital de Jerez y viendo como se mueve y agita de un lado a otro, parece como si el postoperatorio lo hubiera dejado para mejor ocasión. Lotus, Caterjuán y Toro Rosso sufren de cojera y debilidad asincopada por debilidad manifiesta, pero el antipremio gordo lo tienen con Red Bull. El equipo tetracapeón, los de la sopa energética, la escuadra que arrodilló a toda una categoría, el ejemplo a seguir, la estela azul y bla-bla-bla son ahora unos cojitrancos incapaces de llevar en su coche a un pasajero en una bajada de bandera normal de-taxista-de-aeropuerto. El moniplaza está plagado de goteras de juventud, agujeros que irán parcheando Newey y su banda en breve, no en vano son los mejores en esto de mejorar algo que no es del todo bueno al nacer. 

En un panorama en el que las carreras serán alocadas huidas hacia delante en los primeros giros para esperar a ritmo con el botón de "Eco-Mode" pulsado esperando que lleguen otros por detrás, el RB10 no tiene ritmo no sólo para salir por pies desde la parrilla, sino probablemente tampoco para dar caza a los escapados ni aunque su coche gaste como un utilitario. 

A día de hoy, jornada mundial de la homologación de motores de Formula 1, apenas se sabe nada del consumo. Tan sólo que Nico Rosberg llegó por los pelos a la meta virtual de una simulación de carrera en Bahréin, un circuito muy de motor y un previsible consumo alto, y Ferrari dice 'que si, que si, que su coche corre menos pero que ellos fueron los inventores del utilitario con nombre de oso chino y que su motor es un mecherito, el Seat Panda'. Renault tiene tal marronaco encima que no es que no corran, sino que andan tan poco que el consumo y la fiabilidad siguen siendo toda una incógnita. incluso para ellos. Cierto es que la facción del rombo ha rodado casi tanto como los italianos, pero no hay que perder de vista que los gabachos empujan a cuatro formaciones, mientras que Ferrari a tres, y los de Marussia son de cascarillas, porque entre virus, averías, pitos, perros y flautas son los que menos giros han completado. Corre además el rumor que el ERS de los galos va a manubrio y tampoco bufa lo que tiene que bufar, así que no ha pasado la prueba del algodón de Don Fiable. 

La debacle técnica francesa crea una situación mala e incómoda. Al equipo que más pasta se deja en todo esto, el que más roadshows monta, el que patrocina a la FIA, el que tiene voz y voto donde vaya, al que su director coloca Bernie Ecclestone como su sucesor... va a hacer el porras este año. Esto no es que sea chungo para ellos o la marca; es que es chungo para la imagen del conjunto, y algo se va a hacer. La idea, sospecha Virutas, no es darle manga ancha para que hagan fullerías, sino permitirles que se pongan al día. Es muy posible que este año no luchen por Mundial alguno, pero al menos no quedarían los octavos (o peor).

Fueraparte que la FIA tenga sus intereses y manejos, una de sus funciones clave es mantener la barca equilibrada y que no se le vaya pa los laos. Si el tema se le tuerce mucho, se pueden caer todos al agua y la pérdida de credibilidad puede ser grave. La tarea es mantener al grupo cerradito y apelotonado tanto por arriba como por abajo, por eso la regla de la "semicongelación" que entra en vigor hoy podría quedar prorrogada en este caso en favor del conjunto como ya se hizo antes de 2009. En aquella época, cuando se congeló el desarrollo del V8, precisamente Mercedes fueron unos espabilaos y en la búsqueda de la fiabilidad fueron topándose con caballitos extra desperdigados por el carter. A la chita callando se fueron añadiendo a la reata principal y al final se supo que, voilá, tenían más potencia sin que fueran expresamente a por ella. El resto protestó, especialmente Renault, y les dejaron "ecualizar" sus chirimbolos de manera que se pusieran al día. De aquella, los motores tuvieron una potencia similar y todos jugaron -caballarmente- en la misma liga. Según Auto Motor und Sport, la FIA ya ha recibido la solicitud de que le añadan minutos a su partido a modo de prórroga, y que les de tiempo a rehacer sus inventos. L´Atellier de Renault, la tienda de lujo de la marca del rombo de los campos Elíseos parisinos están a tiro de piedra del apartamento de Jean Todt, muy cerca de un restaurante excelente, el Man Ray. Man Ray era un fotógrafo muy amigo de Dalí, un tipo que estaba permanente flipado, y flipado tuvo que quedarse el presi de la FIA cuando se le plantó delante el superjefe de la marca francesa y le dijo esa fraseja que los hombres tememos en boca de mujer: "tenemos que hablar". La FIA abrirá la mano, pero esto no le saldrá de gratis a Renault, al tiempo. 

Los chinos tenían razón. Este 2014, el 4712 del calendario lunar, va a ser El Año del Caballo, y si los maestros del feng shui tenían programada una etapa de conflictos y jaleos, estos no han hecho más que empezar y el chillerío lo va a liar Monty, equipo más afectado si los gabachos mejoran. 

Esta temporada, los cuidadores de las pistas apenas van a barrer virutas de goma de sus cunetas, pero van a recoger muchos cadáveres de caballos muertos por inanición, por escasez de agua de fuego. Pero esa... es otra viruta.