Un Fórmula 1 muy particular: el LDS-Alfa Romeo

Se trata de un coche fabricado en Sudáfrica por Doug Serrurier, que en 1956 fundó una marca propia de automóviles de competición que denominó LDS, por las iniciales de su nombre, Louis Douglas Serrurier. Nacido un 9 de diciembre de 1920 en Germiston, el primer monoplaza del constructor y piloto sudafricano fue de motor delantero, pero pronto tomó como modelo para sus creaciones futuras, en primer lugar, los exitosos Cooper que habían vencido en 1959 y 1960 el campeonato del mundo, y después los Brabham.

El modelo que nos ocupa es un LDS Mk.2 de 1962, chasis F1-06-62, con clara semejanza al Cooper T53, y motor de Alfa Romeo Giulietta de cuatro cilindros y 1.5 litros de cilindrada. Sin embargo, Serrurier no numeraba sus chasis, y este modelo, en realidad, es el cuarto monoplaza que fabricó, pero la numeración lo identifica históricamente en su recorrido. De lo que no hay duda es de que se trata del modelo con el que el propio Serrurier participó en el GP de Sudáfrica de F1 de 1962, pero también en otras pruebas, siempre en el país africano.

Encontramos al coche por primera vez con motivo del V Rand Grand Prix de 1962, que se disputó el 15 de diciembre en el circuito de Kyalami, prueba de Fórmula Uno no válida para el campeonato. En ella encontramos nada menos que cinco LDS. Además del modelo que nos ocupa, estaba el LDS-Alfa chasis 1 para Sam Tingle, el LDS-Clímax chasis 3 para Fanie Viljoen, el LDS-Alfa chasis 5 para Gene Bosman, y el LDS-Ford chasis 2 para Errol Hammon. Y junto a ellos, inscrito por el equipo, un Alfa Romeo Special para Peter de Klerk.

En la prueba competían varios pilotos del campeonato, que se habían desplazado a Sudáfrica para el Gran Premio, y que aprovechaban para participar en la temporada sudafricana. Entre ellos, Jim Clark con su Lotus 25 y su compañero Trevor Taylor; también Graham Hill con el BRM P578, John Surtees con el Lola T4, o Richie Ginther con otro BRM P578. En definitiva, el nivel era alto en estas pruebas.

La carrera, a 50 vueltas, fue vencida con facilidad por Jim Clark, que salía desde la pole con un tiempo de 1'35"0, seguido por su compañero Trevor Taylor, y John Surtees en tercer lugar. En cuanto a Serrurier, que estaba a los mandos del chasis 6, partió en una prometedora novena posición con un tiempo de 1'39"1, y consiguió finalizar sexto, en parte gracias a los abandonos de Hill o Ginther, y a dos vueltas de Clark. Fue el mejor LDS clasificado, seguido por el Alfa Romeo Special en séptimo lugar y el LDS de Sam Tingle en octavo.

La siguiente prueba fue el II Natal Grand Prix, el 22 de diciembre de 1962, en el circuito de Westmead. Una carrera encuadrada también en el campeonato sudafricano en la que participaron también Clark, Hill, Ginther, y Taylor, y por supuesto los LDS. De nuevo Serrurier estaba a los mandos del chasis 6. En las prácticas falleció el prometedor piloto de Gary Hocking, natural de Rodhesia, a los mandos de un Lotus de Rob Walker, que veía así perecer en otro de sus coches a un piloto tras el fallecimiento de Ricardo Rodríguez el mes anterior. El Gran Premio se disputaba a dos mangas de 22 vueltas y una final de 33. En la primera manga participó Serrurier, tras partir sexto finalizó décimo, mientras la manga la ganaba Ginther.

En la final, Serrurier sólo pudo ser decimoprimero, en una carrera que vio la remontada de Clark desde el último lugar hasta la segunda plaza, sin poder alcanzar a su compañero Trevor Taylor.

La siguiente carrera en la que encontramos sería el Gran Premio de Sudáfrica, última prueba valedera para el campeonato disputada en el circuito de East London, y que desgranamos en esta columna hace poco tiempo, disputada el 29 de diciembre. Fue la carrera en la que Jim Clark y Graham Hill se jugaban el título mundial, que fue a manos de este último tras el abandono de Clark yendo líder, pero que supuso el primer título tanto para Hill como para BRM. En la prueba mundialista, Doug Serrurier volvió a hacer uso del chasis 6, obteniendo con un tiempo de 1:36:8 el decimocuarto lugar en parrilla de diecisiete participantes, siendo el único LDS en participar.

En carrera las cosas no fueron bien, y en la vuelta 16 sufrió problemas de pérdida de agua en el radiador que le obligaron a detenerse en boxes. Retomó la carrera, pero volvió a detenerse en la vuelta 25 y en la 46, hasta que en la 62 tuvo que volver a visitar los boxes para rellenar agua, retirándose finalmente dos vueltas después. No fue el mejor de los días para el LDS-Alfa.

Volvemos a encontrar el coche en el VI Rand Grand Prix el 14 de diciembre de 1963, disputado en Kyalami. Obviamente, el coche fue utilizado en todo este tiempo, pero hemos de confesar nuestra imposibilidad de encontrar registros de uso de chasis en varias carreras intermedias, por lo que no podemos aventurar estas participaciones. Sin embargo, en esta prueba volvemos a tener datos fiables. Volvió a estar en las manos de Doug Serrurier, en un Gran Premio a dos mangas que, sumadas, darían las posiciones finales. Ambas fueron ganadas por John Surtees, ya en Ferrari. Pero en la primera, Serrurier logró colocar el coche en quinta posición final tras partir noveno. En la segunda, algunos problemas le hicieron acabar decimoprimero a una vuelta del ganador. Eso provocó que en agregado se clasificara definitivamente octavo, siendo el mejor de los cuatro LDS que participaron en la prueba.

El chasis 6 vuelve a aparecernos el 12 de diciembre de 1964 para el VII Rand Grand Prix, esta vez en manos de Lionel Wilmot, pero una fuga de aceite que devino irreparable le impidió participar en la carrera, mientras que Serrurier, con el LDS-Climax chasis 7 acabó clasificado sexto en la prueba.

Tras ello, en 1965 encontramos el coche en las manos de Leo van Popering, compitiendo en los campeonatos sudafricanos de F1 de 1965, 1966, 1967 y 1968, sin resultados destacados. El piloto sudafricano era un habitual de las carreras locales, tanto de monoplazas como de sport, sin demasiado éxito en cuanto a resultados.

En tiempos recientes, ha participado en varios eventos de F1 de época de la mano del expiloto británico Ian Ashley, que en los años setenta participó en varias carreras con Williams, Token BRM y Brabham privados. Actualmente el coche es propiedad de un coleccionista de nuestro país, que en Valencia estaba poniendo el coche a punto.

Tuvo la gentileza de dejar que el que escribe estas líneas subiera al monoplaza, lo cual fue una experiencia reveladora. Para empezar, aunque la cabina parece ancha desde fuera, ingresar es bastante complejo. Pero una vez dentro, todo está a mano: al cambio se accede con un ligero desplazamiento del brazo, los pedales tienen un recorrido corto, y la posición de conducción recostada dejaba ver las ruedas y poco más. Salir fue mucho más problemático, y ahí es cuando uno reflexiona sobre la situación de un piloto de los viejos tiempos en un accidente: quedarse atrapado era muy fácil, y aunque nuestro cuidado era el de no dañar nada del coche, la sensación de que aún yendo sin cuidado salir no era sencillo trajo a nuestra mente algo que ocurría con cierta asiduidad por entonces: el fuego, y es que el motor estaba pegado a nuestra espalda. El coche se encuentra en un estado de conservación impecable, y el sonido del motor Alfa Romeo era redondo y penetrante, pese a tener sólo 1.5 litros. 

Doug Serrurier se retiró de la competición a principios de los años setenta, y se concentró totalmente en su garaje, donde hasta pocos años antes de su muerte seguía realizando preparaciones. Falleció un 4 de junio de 2006, tras luchar contra una larga enfermedad.

Su legado son estos elegantes coches, los LDS, que participaron en varios Grandes Premios del campeonato, y en muchas otras carreras, enfrentándose a los mejores equipos y pilotos de la época. Una época en la que con pasión y trabajo, construir un coche y participar en carreras de F1 era algo asequible.