Almacén F1

Música y Fórmula 1

Cada carrera concluye con un trofeo, una botella de champán y un himno por megafonía
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José Miguel Vinuesa
23
07 Ene 2015 - 18:07

Un motor resuena en la lejanía mientras te aproximas al circuito en el que esperas disfrutar del bramido de un coche de Fórmula Uno. Bueno, en realidad cuando bramaban y era un sonido tan potente que te advertían para tomar medidas de precaución para tus oídos. Aquellos V12, V10, V8, por citar motores recientes, eran música para cualquier aficionado a los deportes del motor.

Pero más allá de la musicalidad de unos pistones subiendo y bajando frenéticamente, de unos escapes resoplando, o de los agudos chillidos de los neumáticos bloqueados en plena frenada, la Fórmula Uno tiene todo un repertorio musical propiamente dicho digno de mencionarse a través de los himnos nacionales.

Así, el himno más escuchado (por victorias) en la Fórmula Uno es el británico: 237 veces hasta la fecha. Su himno, el famoso "God Save the Queen" ("Dios salve a la Reina"), sin embargo, no está reconocido por el Parlamento como himno oficial, sino que se trata de una asunción tradicional. La música se remonta a principios del siglo XVIII, y muy probablemente a finales del siglo XVI, en lo que era un canto popular. El compositor alemán Georg Friedrich Haendel ya usó está melodía como variación en la "Sarabanda" de su Suite para clave nº 4 en Mi menor (HWV 429) de hacia 1720. La primera publicación de la melodía está fechada en 1745. En cuanto a la letra, curiosamente conoce distintas versiones, y la que acompañaba la música original comenzaba con un "God save our lord the King". En definitiva, un estilo muy británico, plagado de costumbres no escritas pero que se respetan con sumo cuidado.

 

 

Muy interesante es el himno alemán, escuchado ya 150 veces. Su música es obra del compositor austríaco Franz Joseph Haydn, que la compuso como segundo movimiento (Poco Adagio cantabile) de su Cuarteto de Cuerdas Op.76 Nº 3 en Do Mayor de 1796 o 1797, si bien ya se adivina en otras obras de su autoría hacia 1766. Este precioso movimiento utiliza el tema del himno para construir sobre él una serie de variaciones. Pero entonces aún no era el himno de ningún país, sino que sería a partir de 1797 que se adaptó como himno de… Austria, el famoso "Gott erhalte Franz den Kaiser", o"Dios salve al Emperador Franz". Y así fue hasta 1922, en que Alemania adoptó esta melodía como su himno, el "Deutschlandlied".

 

 

Esto nos lleva al himno austríaco, que se ha escuchado ya 41 veces en los altavoces de los circuitos de F-1. Su música es objeto de arduas controversias, si bien la versión más aceptada es que pertenece a la "Pequeña Cantata Masónica" (K.623) de Wolfgang Amadeus Mozart, compuesta el 15 de Noviembre de 1791, apenas veinte días antes de su fallecimiento. La música del himno, adoptado como tal en 1947, es la de la canción ("Lied" en alemán) que cierra la obra: "Lasst uns mit geschlungnen Händen" (Enlacemos nuestras manos, K.623a), todo un canto a la fraternidad entre los humanos. La letra de este himno es una de las pocas escritas por una mujer en el mundo, Paula von Preradovic.

 

 

Toda esa confusión e intercambio entre el himno alemán y austríaco, sin embargo, tiene una bonita curiosidad que se ha estado repitiendo estos años atrás: cuando Sebastian Vettel vencía una carrera con Red Bull, sonaban el himno alemán (Haydn) y el austríaco (Mozart). Pues bien, Haydn y Mozart eran grandes amigos pese a la diferencia de edad, se tenían en alta estima mutuamente por sus dotes compositivas, e incluso defendían al otro en público como compositor de nivel inigualable. Con respeto reverencial, Mozart llamaba a Haydn "Papá" y le dedicó una serie de maravillosos cuartetos de cuerda, y Haydn consideraba a Mozart el mayor talento del mundo, y no cesaba en pregonarlo por doquier. Así que para un servidor, pese a las contínuas quejas de algún locutor por la duración de los himnos, escuchar unidas las músicas de dos grandes amigos y genios de la historia de la música, reunidos a través de la Fórmula Uno, era un curioso placer que, sin embargo, raramente volverá a producirse.

Uno de los himnos más vistoso, brillantes, y musicalmente interesantes es el de Brasil, tercero más escuchado con 101 reproducciones. Responde a un himno para celebrar la independencia de Portugal, que unos fechan compuesto en 1822, y otros en 1831. Su autor, en cualquier caso, es Francisco Manuel da Silva, y se oficializó como tal en 1890. Ciertamente goza de un carácter bastante operístico, pudiendo compararse con algunas melodías de Gioachino Rossini, el genial operista italiano muy de moda en la época. En cualquier caso, brillante, como el piloto que más veces lo hizo sonar, otro Da Silva, pero Ayrton Senna.

 

 

No menos interesante musicalmente es el himno francés, la celebérrima "Marsellesa", compuesta en plena Revolución Francesa por Claude Joseph Rouget de Lisle en 1792, y adoptado oficialmente en 1795, lo que le convierte en uno de los más veteranos. Aunque su título original era "Canto de Guerra para los ejércitos de las fronteras", obtuvo su tradicional nombre por un grupo de marselleses que lo cantaban sin cesar en su camino hacia la capital francesa. Tal fama adquirió, que en la obra de Piotr Ilich Tchaikowsky, "Obertura 1812", es incluida en parte. Todo un canto a la libertad que resistió las prohibiciones que pesaron sobre ella durante sus más de doscientos años de existencia. Se ha oído 79 veces en Fórmula Uno.

 

 

Uno de los más breves es el himno de Japón, que data de 1880, pero no fue reconocido como himno oficial del país del sol naciente hasta 1999. Eso sí, sólo se ha escuchado tres veces gracias a Honda. Su brevedad, y lo interesante de su música por ciertos matices alejados de nuestra cultura musical, lo hacen muy llamativo. Seguro que Honda querría hacerlo sonar, pero eso no será posible: sonará el "God save the Queen".

Y es muy posible que cuando suene le anteceda el himno español. Sus raíces se remontan al siglo XVIII. Salvo pocas excepciones, ha sido el himno de España desde entonces, si bien en sus orígenes se trataba de la música que acompañaba los actos oficiales de los monarcas (de ahí que popularmente se conociera como Marcha Real), aunque con anterioridad se la conoce como Marcha de Granaderos, y así aparece por primera vez en 1761, en una obra dedicada a las marchas y sones de la infantería española.  En 1857, el compositor ruso Balakirev, sintió interés por esta marcha, y la incluyó en su "Obertura sobre una marcha española". No sería hasta 1908 que el himno fue armonizado (esto es, recibió otras voces), aunque fue revisada la misma hacia 1997, que es la actual. Se ha escuchado 32 veces en la Fórmula Uno, y se oirá seguro que muchas más.

 

 

Otro de los más oídos, sobre todo gracias a la Scuderia Ferrari, es el himno italiano, el famoso "Canto degli italiani", o más comúnmente llamado "Inno di Mameli" en honor al autor de la letra, Goffredo Mameli. La música se debe a la pluma de Michele Novaro. Data de 1847, pero curiosamente no fue declarado himno oficial italiano hasta 2012, cuando se aprobó una ley que obligaba a enseñarlo en la escuela. En cualquier caso, su música desprende toda la belleza característica de las composiciones italianas, fresca, alegre y vibrante.

Podríamos hablar de todos los himnos, pero vayamos al momento en el que los himnos cesan, y a los pilotos se les da el champán en el podio. Entonces, la megafonía de los circuitos hace uso de una música muy viva. Se trata de la "Marcha de los Toreadores", en su versión orquestal, de la ópera "Carmen" del francés Georges Bizet. En la ópera, se trata de una Marcha y Coro que aparece en el cuarto y último acto de la obra. Una composición ambientada en Sevilla, y que tiene entre sus protagonistas a un torero, Escamillo. Se trata de una ópera llena de momentos musicales hermosos, pero que no tuvo buena acogida en su estreno. El éxito de la ópera vino tras la muerte de Bizet. Pues bien, esta marcha, con su letra, describe toda la cuadrilla que componen toreros, banderilleros, picadores y demás participantes en las corridas de toros, describiendo el paseíllo antes del inicio del espectáculo, y loando su arrojo y valentía. Y lo hace con un aire mezcla de frenesí y de dignidad, con inspiración española para la música.

Y no podría ser más acertada la manera de acabar el espectáculo que supone un Gran Premio de Fórmula Uno, sobre todo si retenemos en mente lo que Ernest Hemingway decía: "sólo hay tres deportes: las corridas de toros, las carreras de coches, y el montañismo. El resto son solo juegos".

 

 

23 comentarios
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Panchito
08 Ene 2015 - 05:59
El segundo video... Schumi.... Tri-campeón ...!! La FIA le llamó la atención por no "respetar" el himno italiano... jajajajajajaja....!!
Panchito
08 Ene 2015 - 05:48
El primer video.... Primera victoria de Lewis.... Pregunten si Alonso se quedó al festejo..?? jajajajajaja....!! Se largó inmediato al bajarse del coche..!!
Panchito
08 Ene 2015 - 05:42
"God save our lord the King". ...... y a Panchito....!!! Me gusta...!
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