Almacén F1

GP Malasia 2015: Un anuncio profético y una victoria trabajada

La estrategia de Ferrari fue la clave para el triunfo final de Sebastian Vettel
El monoplaza rojo desgastó menos los neumáticos, característica de los coches de James Allison
El buen ritmo del SF15-T puso el resto
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José Miguel Vinuesa
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31 Mar 2015 - 13:20

Alguien podría haber ganado mucho dinero el domingo si hubiera cometido la valentía de apostar por Ferrari y Sebastian Vettel como ganadores del Gran Premio. El resultado de la clasificación, que fue muy ajustado (sólo 0’074 segundos a favor de Hamilton), podía llevar a engaño y ser ilusionante, pero también maquillado por el hecho de ser en condiciones de  lluvia.

Sin embargo, la carrera era (debía ser) cosa de Mercedes. Cierto que tuvieron que rebajar su unidad de potencia para garantizar la fiabilidad debido al calor malayo, ya que les había dado algunos problemas en los entrenos, pero el margen de los alemanes es tan grande, que ni eso ponía en riesgo la victoria. Quién sabe si tampoco el doblete. Pero cometieron un error, seguramente confiados en su probada superioridad.

Entraron a cambiar neumáticos los dos monoplazas en el periodo de coche de seguridad en las primeras vueltas. Es un error a posteriori, por supuesto, porque dejaron a sus dos pilotos tras varios coches que habían decidido no entrar, viéndose más perjudicado Nico Rosberg. Querían cumplir con su igualdad de condiciones, pero cayeron en un doble error. Porque entre los coches que no habían parado, encaramado al liderato, estaba Sebastian Vettel. Ferrari había jugado una carta de riesgo (del mismo modo que en la primera sesión de clasificación no utilizaron el neumático medio sino el duro, corrigiendo su conservadurismo de Australia), y era no entrar a boxes aún, con la intención de hacer dos paradas solamente. Locura, visto en el momento, o no tanto.

Porque la degradación de neumático de los Ferrari en el ardiente asfalto de Sepang fue todo el fin de semana bastante baja. Clásica característica de diseño de James Allison, que ya dio coches así de benignos con las gomas a Lotus en 2012 y 2013, por ejemplo. Una parada menos eran unos 23 segundos ahorrados en Malasia. Ahí Ferrari puede que ahora mismo esté por encima de todos actualmente: ya se adivinó en Australia, pero se ha confirmado en el calor de Malasia.

Otro elemento que cimentó la victoria de Vettel fue su ritmo tras la retirada del coche de seguridad: mientras los Mercedes tenían que librarse de pilotos más lentos pero correosos, el piloto de Ferrari se vio con pista libre, logrando una ventaja de unos 10 segundos, que sería a la postre la ventaja en meta aproximadamente (8’569 segundos, exactamente).
Ferrari estuvo estratégicamente al nivel de sus mejores días de la llamada 'época Schumacher': rápidos e inteligentes. Vienen a la memoria así las palabras de Maurizio Arrivabene tras Australia: "debemos dejar de pensar en ser los segundos y mirar hacia arriba".

Y jugaron sus cartas para ello, con la fortuna de que salió bien. Perfecto, de hecho. Porque Mercedes pareció completamente superada por la jugada estratégica pese a que Toto Wolff quite importancia a la misma y ponga el acento en el ritmo de Ferrari, admitiendo haber sido batidos 'en buena lid', pero lo cierto es que ni siquiera en una fase media tardía de la carrera veían (o querían ver), que Vettel iba a hacer sólo una parada más, cuando ellos ya llevaban dos.

Su capacidad de reacción fue nula, es de suponer que confiando en que el Ferrari se desinflara, o que ellos fueran mucho más rápidos. Y lo eran en varias fases, con Hamilton recuperando incluso 1 segundo por vuelta. El problema es que el Ferrari, que sin ese colchón adquirido al inicio de la carrera no hubiera podido maniobrar con tanta perspectiva, tampoco iba mal. Sus tiempos eran muy respetables, y eso, en un circuito mucho más variado y selectivo como Sepang, dice bastante de la mejora que ha experimentado la Scuderia. Veamos:

  • El tiempo por vuelta medio en la carrera fue de 1’45’’202 para Vettel, mientras Hamilton hizo un  1’45’’287 y Rosberg 1’45’423.
  • La victoria se cimentó efectivamente en el primer stint: Vettel (1’46’’454) fue un promedio de medio segundo más rápido que Hamilton (1’46’’921)  y casi ocho décimas respecto a Rosberg (1’47’’295).
  • En el segundo stint, Mercedes sacó a relucir su potencial: la vuelta media fue de 1’44’’572 para Hamilton, de 1’44’’627 para Rosberg, mientras que para Vettel fue de 1’45’’227. Mercedes iba al ataque. Pero el neumático se degradó muy rápido, mientras que el de Vettel era muy progresivo en su desgaste.
  • En el tercer stint, Vettel encajó el golpe: su ritmo medio fue de 1’44’’306 frente al 1’43’’987 de Hamilton, pero lejos del 1’43’’382 de un Rosberg que intentaba a la desesperada acercarse a su compañero de equipo.

En definitiva, Vettel mantuvo un ritmo muy competitivo, pero más importante fue la consistencia de sus tiempos para que la ventaja no se enjugara con rapidez.

Si también miramos las vueltas rápidas de la carrera, encontramos un dato más sobre el estado de fuerzas actuales: Rosberg, con neumáticos medios, habiendo parado sólo cuatro vueltas después que Vettel, hizo la vuelta rápida en 1’42’’062 en la vuelta 43. Vettel, en la 46, marcó con los duros un registro 1’586 segundos peor, mientras que Hamilton, que paró una vuelta después que Vettel, marcó también con duros un tiempo 1’063 segundos peor que su compañero. Eso sí, que Nasr hiciera la cuarta vuelta rápida de carrera (en la 45), habla en favor de la mejora en el propulsor italiano.

No, siguen sin estar al nivel de Mercedes, pero el paso adelante empieza a ser innegable. En motor, indiscutible. Y eso hace que, unido a que Red Bull parece descender sumido en una guerra interna con Renault nada beneficiosa y a que Williams no ha mostrado un salto de calidad respecto al año pasado, Ferrari se pueda mostrar como única alternativa más o menos regular a los alemanes. Dicho sea con la cautela que merece el tratarse de sólo la segunda carrera del año.

Pero en Sepang lucharon de tú a tú, usando tanto la carta del ritmo como la de la estrategia. Y unidas funcionaron. En caso de duda, véase la remontada de Kimi Räikkönen: de penúltimo en la segunda vuelta, a cuarto en meta, habiendo además parado tres veces, con un ritmo medio en carrera de 1’45’’811, el cuarto mejor del Gran Premio. Superó incluso a Williams.

La victoria de Ferrari es buena para la Fórmula 1, sin duda. Abre un resquicio a la esperanza, que en realidad es una pequeña fisura apenas perceptible. Pero al menos pone a Mercedes en dificultades (relativas) muy pronto, le obliga a analizar muy bien qué pasó y por qué un coche que el año pasado acabó cuarto en el mundial de constructores y absolutamente en crisis, ha sido capaz de ganarles en buena ley en la segunda carrera del año.

Prueba de ello es la tremenda desesperación de Lewis Hamilton por no ser capaz de dar alcance a quien parecía un rival fácil de digerir aunque hubiera que ponerle un poco de esfuerzo. Pero se encontró, por un lado, a un Vettel que estuvo perfecto todo el fin de semana, y muy especialmente en la carrera, y por otro, a una Ferrari que estuvo impecable en estrategia. Siempre es arriesgado enterrar a pilotos cuyo talento está sobradamente demostrado.

Lo cual sirve perfectamente también para Fernando Alonso, a quien ver a su ex-equipo en lo más alto del podio le generaría un sabor agridulce. Fernando se ve, por desgracia para su valía, con un coche que le devuelve en cuanto a rendimiento a su año en Minardi. Verle salir penúltimo no fue agradable. Y claro, en un día como el domingo, era muy fácil entrar en la polémica sobre su errónea decisión de irse a McLaren. Pero ese argumento es de una miopía absoluta, ya que mira sólo de cerca, pero no de lejos. Hoy se puede decir que se equivocó, porque resulta que Ferrari vuelve a ganar, pero es en la distancia del tiempo donde se deberá medir lo correcto de la decisión.

Su mejora en Malasia fue apreciable, aunque el abandono de los dos coches no fue la mejor noticia. Una cosa es clara: Mclaren no estará en la cola de la parrilla para siempre, y mejorarán. Y sí, rodaron en los puntos, pero no era una posición real. Aunque de pequeños pasos se construyen los caminos.

Del mismo modo, decir que este Ferrari es el de Alonso es una media verdad que se lanza desde la comprensible amargura. Por supuesto que Alonso tuvo parte en las bases de este coche.Obvio que probó piezas para el mismo. Pero no es menos cierto que, desde que tras el verano quedó clara su salida de la Scuderia, el equipo hizo menos uso de él y más de Räikkönen para el análisis de nuevos componentes. Y que el trabajo de los últimos seis meses (recordemos que Ferrari incluso reconoció ir con retraso con el SF15T) no se deben a las peticiones y opiniones del asturiano, sino a la propia Scuderia, que desde la base nefasta del coche de 2014 ha sabido construir uno de transición que deberíamos empezar a calificar de decente.

Por suerte para la afición española, la sangre nueva que supone Carlos Sainz cubre, en buena parte, las desventuras del bicampeón. Si la carrera de Australia ya fue sólida, la de Malasia ha sido de una madurez en su desempeño que asombra por ser sólo la segunda carrera en la F-1. Desde el decimoquinto puesto en parrilla a octavo en meta, muy cerca de su compañero, el no menos brillante Verstappen que acabó séptimo saliendo sexto, logrando eso sí el record de piloto más joven en puntuar de la historia.

En Carlos se mezclan los ingredientes necesarios para una carrera exitosa en el futuro. Es pronto aún, debemos seguir mimándolo en vez de presionarlo. Le queda mucho por aprender, pero con su humildad (reconocer el error el sábado en la clasificación cuando podía encontrar cualquier manida excusa, por ejemplo), el aprendizaje será muy bueno, sin duda. Sólo tiene que seguir sonriendo como lo hace cada vez que se baja del coche.

Otro que ganó una carrera (como si lo fuera) fue Roberto Merhi. Sin pretemporada. Sin conocer ni el coche ni el circuito. Como se dice en el argot de la tauromaquia, 'a puerta gayola' se lanzaba a un Gran Premio de F-1, y no sólo eso, sino que no cometió errores en carrera y supo llevar el Manor hasta la meta con dignidad y oficio. Último, por supuesto.

Pero más que eso no podía pedírsele. Aun con ello, Jenson Button se quejó de que en el periodo de coche de seguridad fue muy lento y no pudieron contactar con el grupo por su culpa, cargando con fuerza al recomendarle leer el reglamento. Conociendo a Merhi, ya se lo sabía, pero volverá a leerlo para refrescarlo. Ojalá siga teniendo oportunidades (o un merecido apoyo presupuestario).

Y a todo esto, en la retransmisión en abierto en España, durante los cortes de publicidad aparecía con insistencia un anuncio de un refresco que parecía insignificante. Otra vez. Más veces luego. Hasta que se empezó a hacer evidente una conexión si se quiere absurda, pero al menos curiosa. Rezaba el eslogan: "La felicidad tiene un color", mientras teñía de rojo la pantalla.

Efectivamente, la felicidad este fin de semana tenía al color 'rosso corsa' por destinataria. Las caras de todo el equipo eran las de la redención de unos fantasmas que se venían arrastrando desde tiempo, y sirve para insuflar ánimos en un equipo muy castigado el año pasado. Ferrari ha vuelto (a ganar). Y eso, en una competición sometida con mano de hierro por Mercedes, es un soplo de aire fresco que era muy necesario.

5 comentarios
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Magic_ALO
01 Abr 2015 - 07:37
otro con "alonsismo" cronico
V.Petrov
01 Abr 2015 - 04:32
#2 Una de las cosas que le reconozco a Vettel es su habilidad por ganar carreras con el número de para ... Ver comentario
muy buena pregunta ¿quien seria el ganador...? y si la simplificamos y nos preguntamos ¿quien seria el perdedor..? esa es mas facil de responder ....ademas no tendria misterio ,y mas de 8 años respaldan la respuesta ....
Magic_ALO
31 Mar 2015 - 22:00
#2 Una de las cosas que le reconozco a Vettel es su habilidad por ganar carreras con el número de para ... Ver comentario
+1
31 Mar 2015 - 19:13
Una de las cosas que le reconozco a Vettel es su habilidad por ganar carreras con el número de paradas en boxes. Si Mercedes no hubiera estado en las nubes esta carrera no la hubiera ganado ni en sus mejores sueños. Esto es ya pasado y no tiene marcha atrás. Deberán de tener especial cuidado, los de Mercedes, en sus estrategias porque el zorro siempre estará al acecho. Me encantaría ver a los tres, Hamilton, Vettel y Alonso, todos con el mismo coche, mismas estrategias y averiguar quien sería el ganador.
31 Mar 2015 - 13:56
Excelente redacción y muy objetivo el artículo JMV, como siempre un placer leerle... Como menciona, las verdades a medias, no hacen favor a nadie, obscurece más que aclarar situaciones... Una purga de la magnitud del equipo Ferrari el año pasado, solo podía traer verdadera inestabilidad... El que hayan capeado la tormenta con tan buenos auspicios es para sacarse el sombrero. Saludos.
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