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GP de Baréin F1 2018: El arte de ganar despacio

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José Miguel Vinuesa
34
09 Abr 2018 - 12:42

Segunda prueba del campeonato, en una pista más significativa en cuanto a rendimiento que Melbourne. Y eso que Shakir, hogar del G.P. de Baréin, esconde muchos problemas que los equipos no se encuentran en otros circuitos del año, fundamentalmente una temperatura muy elevada y un asfalto muy sucio durante todo el fin de semana. Es lo que tiene estar en el desierto.

Antes incluso de empezar, Honda daba precisamente la de arena al anunciar el cambio de motor en el coche de Pierre Gasly, así como de otras piezas en ambos monoplazas. No supondrían sanción para ninguno de los pilotos de Toro Rosso, pero suponía volver a las andadas tan conocidas estos últimos tres años. Eso sí, el cambio estaba motivado en buena medida por la introducción de versiones mejoradas de estas piezas.

 

VIERNES

Y con eso empezó la primera sesión de entrenamientos libres, la menos representativa quizás de todo el fin de semana. Entre la suciedad, y disputarse en un horario que nada tendría que ver con el de clasificación y carrera, lo único que podían hacer los equipos eran rodar, ganar confianza con la pista y crear un reglaje de base con el que trabajar durante el fin de semana. Y eso no era poco teniendo en cuenta que casi todos los monoplazas incorporaban novedades que había que probar.

Poco probó, sin embargo, Max Verstappen, a quien un problema eléctrico dejó fuera de la sesión al poco de empezada. Parado cerca del carril de boxes, empujó su monoplaza con ayuda de unos comisarios sin que se detuviese la sesión, lo cual fue objetivamente peligroso. Otros pilotos lo han hecho con anterioridad, y resulta llamativo que la FIA no erradique de cuajo esta conducta en una época en la que la seguridad prima por encima de todo. Poco se recuerda el terrible accidente entre Ignazio Giunti y Jean-Pierre Beltoise en los 1000 kilómetros de Buenos Aires de 1971, cuando el francés empujaba su Matra y fue embestido por el Ferrari de Giunti, que perdió la vida. Conducta peligrosa y fácilmente evitable.

En pista, poco que destacar. Lance Stroll y Charles Leclerc demostraban que la pista era una trampa, y tenían sendos trompos en la zona de las eses enlazadas. Los equipos de cabeza probaban fundamentalmente el neumático blando y el superblando, con el medio que se vislumbraba como demasiado duro. Y de todo ello surgió Daniel Ricciardo como el más rápido de la sesión con un 1’31’’060, con Bottas a 0’304 segundos, seguido de los dos Ferrari –Kimi por delante- y Hamilton quinto pero a 1’212 segundos de diferencia. Poco de lo que fiarse, como parecía también con el séptimo puesto de Gasly en esta sesión.

 

 

La verdadera prueba eran los segundos entrenamientos libres. Ya en la zona horaria, y con la pista algo más limpia, a una vuelta emergió el poderío de los Ferrari. Lewis Hamilton había advertido ya desde Australia que los italianos serían rápidos en Baréin, pero no le escuchó casi nadie, creyendo que sería una falsa percepción. Sin embargo, en las simulaciones de clasificación los Ferrari despuntaron. Kimi Räikkönen marcó un espectacular tiempo de 1’29’’817, y con ello acabaría liderando la sesión. Sin embargo, una rueda mal colocada –la delantera derecha- a falta de pocos minutos para terminar, le apeó de su Ferrari. Detrás suyo, a sólo 0’011, Sebastian Vettel. Los Mercedes, a más de medio segundo –Bottas, 0’563, Hamilton, 0’655-. El mayor problema para las Flechas Plateadas se encontraba en la degradación de la goma, especialmente al final de la vuelta rápida, pero también en las tandas largas. 

De hecho, Lewis nunca fue capaz de encajar una vuelta perfecta: a veces era el tráfico, pero otras eran errores de pilotaje, con excursiones en la curva 1, por ejemplo. El hecho de que Bottas fuera consistentemente más rápido que Hamilton era un indicador de que el piloto inglés no estaba a gusto. El W09 padece con el calor, y con ello degrada más los neumáticos. Ni siquiera en ritmo de carrera se auguraba una esperanza, con los Red Bull apuntándose como serios rivales, pese a que a una vuelta estaban muy lejos. Max Verstappen, con su coche a punto, fue 0’928 más lento, con Ricciardo muy cerca de él a 0’934 de desventaja. Sin embargo, para la carrera parecían más peligrosos.

Una carrera en la que, el viernes, parecía clara una estrategia de dos paradas con el blando y el superblando como neumáticos a utilizar. El día de la carrera sería distinto. El resto de equipos estaban lejos de estos tres. No llamaba la atención la séptima posición de Nico Hülkenberg –aunque sí la decimosegunda de Sainz-, sino la octava de Pierre Gasly, otra vez en zona de Q3 con facilidad. Nadie se lo creía, entre otras cosas porque Brendon Hartley estaba último, pero sí el noveno y décimo de Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne con los McLaren, que sin embargo se mostraban inestables a lo largo del circuito. No parecían un coche muy esperanzador en esta pista, aunque a una vuelta y en ritmo de carrera dejaban ver, el viernes, algo positivo.

 

 

SÁBADO

El sábado amaneció con un varapalo para Lewis Hamilton. En la segunda carrera, tenía que penalizar cinco puestos en la parrilla por haber tenido que sustituir la caja de cambios. Se abría así, con quien menos se esperaba, la serie de sanciones por cambiar elementos mecánicos. No era una buena noticia para el inglés, y más en una pista en la que nada parecía funcionarle. Había cierta desesperación en Mercedes, especialmente con el control de las temperaturas.

La tercera sesión fue todavía más inútil que la primera, salvo para la confianza de Kimi Räikkönen, en vena desde el inicio del campeonato. El SF71H es un monoplaza más subvirador, con el que el finlandés siente con claridad el tren delantero, algo que le hace feliz, y con ello, rápido. Así que marcó un 1’29’’868 que era peor que su tiempo en los libres 2, pero que mandaba al más cercano, Max Verstappen, a 0’525 segundos, con Ricciardo inmediatamente detrás. Eso en velocidad pura. Hamilton y Vettel estaban emparejados en tiempos en cuarto y quinto lugar. Y es que para Sebastian, todo lo que no sea un coche firme en la frenada y con cierto sobreviraje, suelto en las curvas, se antoja como un problema al que se adapta, pero que le borra la sonrisa. El deflector lateral suelto durante la sesión fue una anécdota. La velocidad limpia se resistía.

Problemas del primer mundo, claro. Pregunten a Hülkenberg, el mejor de los demás, a 1’276 segundos en séptima posición, al que seguía una sombra llamada Sainz a pocas décimas El madrileño iba de menos a más durante el fin de semana, y dejaba buenas impresiones de cara a la clasificación. Los McLaren se mantenían en la zona alta con el décimo de Alonso. Pero delante de él, el omnipresente Pierre Gasly, y detrás de Alonso, Brendon Hartley. Los Toro Rosso seguían invadiendo de dudas al paddock, que mira con mucha suspicacia todo lo que provenga de un motorista japonés. Pero la velocidad a una vuelta era indudable ya de que estaba encima de la mesa.

Y así llegó la clasificación. Para empezar, con la noticia de que Sebastian Vettel hacía uso de la segunda –y última antes de recibir sanción- centralita electrónica. Desde Ferrari sostenían que no había fallo en la primera, que era por seguridad, pero todo cambio en esta F1 tan medida y restringida no es positivo. Ni para Hamilton ni para Vettel ni para nadie.

Mientras que la lucha por escapar de la eliminación era sin cuartel, en la zona alta se mantenía el orden en la Q1. Los Ferrari eran muy rápidos aquí, como lo han sido tradicionalmente, y Kimi seguía marcando la pauta, postulándose como un serio candidato a la Pole Position. Su 1’28’’951 en el primer intento sería el mejor tiempo, lo que dejaba a poco más de una décima a los demás, liderados por Sebastian Vettel, pero a tres décimas al tercero, Bottas. La sorpresa llegó a falta de 5 minutos, cuando Max Verstappen iniciaba su segundo intento, innecesario por el tiempo que ya había marcado y que le colocaba cuarto –ahí se quedaría al final-. Al salir de la segunda curva, el agarre le fue esquivo y el coche se descolocó apuntando hacia el muro de la parte izquierda. Esa situación en la que enderezar el monoplaza se vuelve difícil, con el pie a fondo. El resultado fue un choque que rompía la suspensión y le dejaba fuera para el resto de la sesión. Max había empezado mal el fin de semana, y se le complicaba aún más.

 

 

En ese momento, con bandera roja, los McLaren estaban en la zona de peligro para caer eliminados. Es cierto que ni los Williams, absolutamente perdidos todo el fin de semana, ni los Sauber, deberían ser un peligro. Pero estaba Romain Grosjean con el Haas en decimosexta posición, mientras que Magnussen era un tranquilo séptimo clasificado. Alonso era decimoquinto. El francés mejorando netamente sus tiempos durante toda la vuelta para clasificarse con holgura. Pero en la última curva se fue largo. Aceleró por la escapatoria, y al cruzar la línea de meta, el tiempo fue de 1’30’’530. Ese era exactamente el tiempo de Fernando Alonso, que se pasaba a la Q2 por un golpe de fortuna.

Una segunda ronda de clasificación que no tendría, por supuesto, a Max Verstappen, pero sí a los dos Toro Rosso. Por supuesto, Lewis Hamilton decidió utilizar el neumático blando para esta sesión, que sería con el que comenzaría la carrera. Jugada estratégica con la que ir más largo que sus rivales en la parada, y tratar así de recuperar mucho terreno. De manera impresionante, su tiempo le permitió ser segundo, a sólo 0’117 del mejor, Sebastian Vettel y su 1’28’’341. Por un instante en el fin de semana, Kimi se había desdibujado, aunque estaba a menos de dos décimas. Sin embargo, Valtteri Bottas, con el superblando, estaba a 0’453 segundos. La vuelta de Lewis había sido definitivamente digna de observar, pese al nerviosismo –relativo- del Mercedes.

Pierre Gasly estuvo por momentos en tercera posición, anecdótico si queremos cuando definitivamente acabó noveno. Había entrado en la Q3 por méritos propios, porque ni siquiera la presencia de Max Verstappen le habría impedido pasar a la última ronda, aunque fuese décimo. Quienes jamás iban a estar en la lucha eran los McLaren, los peores de esta sesión y con bastante diferencia, especialmente en el caso de Vandoorne. Eric Boullier diría después que se habían equivocado con el reglaje, y eso es algo obvio, pero tampoco puede negarse que se trataba del peor equipo motorizado por Renault: tanto Ricciardo como los Renault estaban muy por delante, y clasificados con mucha solvencia. Sin embargo, el McLaren era un dechado de inconsistencia en la noche del desierto, con muchas dudas que resolver. Cierto que su ritmo de carrera parecía mejor que a una vuelta, pero el margen de mejora del chasis y de la aerodinámica es bastante amplio.

 

 

La definitiva tercera sesión no tuvo otro color que no fuera rojo. Kimi Räikkönen comenzó recuperando su posición natural del fin de semana. En su primer intento marcó un 1’28’’101. Es cierto que Sebastian Vettel no redondeó una vuelta perfecta, con una salida en la última curva que le dejó con menos de una décima de desventaja. El tetracampeón podía ser una amenaza si cuadraba los sectores. Sabía que tenía una oportunidad para ganar, y no podía desaprovecharla. Y es lo que hizo en el segundo intento: absoluta precisión en un Ferrari totalmente a sus órdenes, y un 1’27’’958 que le colocaba como el único en todo el fin de semana en romper la barrera de los ’28, récord de clasificación en el circuito y la pole 51 para el alemán. Kimi no pudo ni siquiera mejorar su tiempo en el segundo intento. De repente, la situación se había revertido, y la cara del finlandés era poco amistosa. Se quejó por la radio de que lo habían enviado con tráfico, aunque es cuestionable que no pudiera haberse librado de él. La realidad es que no fue tan rápido como su compañero alemán.

Y en el equipo alemán, era Valtteri Bottas el que sí que supo mejorar su velocidad en el último instante, para desbancar a Hamilton del tercer lugar. El inglés estuvo errático en el último intento, y no mejoró su registro. Era cuarto. Que sería noveno. Que no era un lugar muy apetecible desde el que comenzar un Gran Premio con un coche potencialmente incómodo. Daniel Ricciardo mejoró ligeramente su tiempo al final, y fue quinto, pero la sorpresa absoluta fue Pierre Gasly. El casi debutante fue capaz de superar a un Haas, a los dos Renault y a un Force India. Era sexto, sí, y muy lejos, a 1’371 segundos de la cabeza. Su rendimiento fue impecable, y en constante mejora todo el fin de semana. Las dudas planearon en cuanto a la potencia del motor en carrera. Quizás a una vuelta podrían lucir, quizás en carrera sería lo de siempre.

Kevin Magnussen mantuvo su buen rendimiento en clasificación con el séptimo lugar, superando con holgura a Nico Hülkenberg. El Haas sigue siendo un coche noble y rápido, y el danés debe aprovechar al máximo este momento. Esteban Ocon salvó la cara de Force India, cuya mejora hasta el momento había sido notable. Volver a la Q3 es un balón de oxígeno para el equipo hindú, cuyas mejoras parecían funcionar. Carlos Sainz cerró la tabla, en una extraña prestación en la que nunca tuvo la velocidad concreta a una vuelta, ni fue una amenaza para su compañero.

 

 

DOMINGO

La carrera iba a ser un enigma en cuanto a estrategias. La lógica dictaba dos paradas, con una degradación muy alta. Dictaba también el uso del blando y el superblando. Pero en unas condiciones que siempre mejoraban en el circuito, la realidad acabaría siendo muy distinta. Incluido Sebastian Vettel, que mientras se dirigía a la pole position en su Gran Premio número 200 no podía ver el recuerdo que los organizadores rendían a otro maestro de rentabilizar las posiciones de privilegio: Jim Clark, que el sábado hacía medio siglo que nos fue arrebatado en un absurdo accidente.

Y no iba a desperdiciar la oportunidad de mantener la primera posición, de hecho, pese a la buena salida de Valtteri Bottas, que podía superar con tranquilidad a Kimi Räikkönen, que desde la zona sucia mantuvo al menos el tercer puesto. Lo mismo hizo Pierre Gasly, que se colocaba cuarto en los primeros metros, mientras Lewis Hamilton tenía unos primeros metros brillantes, pero se apocaba al llegar al embudo de la primera curva, pensando en evitar incidentes.

Subiendo a la cuarta curva, Sergio Pérez se las veía con Brendon Hartley, muy incisivo por el interior. Pero el neozelandés tocaba al Force India, que se hizo un trompo. Eso le valdría una penalización de diez segundos por su ímpetu. Al paso por meta, la situación se había estabilizado: Vettel lideraba con un margen sobre Bottas, Räikkönen, un Ricciardo que había recuperado su posición, Gasly, Magnussen, Ocon, Hülkenberg, Alonso, Hamilton, Verstappen, Leclerc, Grosjean, Hartley, Sainz, Ericsson, Stroll, Vandoorne, Sirotkin y Pérez.

 

 

Fernando Alonso había hecho una buena salida, marca de la casa, aprovechando cada resquicio. Retenía a Lewis Hamilton, que se veía atacado por el siempre fogoso Max Verstappen. El holandés vio su oportunidad en la segunda vuelta. Hamilton dejó un hueco, y eso es lo que no se puede hacer con Max, que en la primera curva se lanzó agresivo, pero limpio, al interior. El holandés asfixió a la salida al inglés, que tomaba de una medicina que suele aplicar con bastante maestría. Salvo que Lewis, netamente superado, no quiso tampoco ceder el exterior para intentar recuperar su posición en el interior de la segunda curva, así que su rueda delantera derecha acabó impactando con la trasera izquierda del Red Bull. No parecía un golpe fuerte, no hubo piezas saltando, pero la llanta del monoplaza austríaco estaba dañada, y el pinchazo fue la consecuencia. Más problemas para Max.

Justo en ese momento, Daniel Ricciardo se paraba a un lado de la pista con el coche completamente apagado. Un fallo que le dejaba automáticamente fuera de carrera, mientras que Max se dirigía renqueante a los boxes, cambiaba el neumático, caía a la última posición, pero abandonaba definitivamente en la quinta vuelta, justo después de que el coche de seguridad virtual provocado por su compañero hubiese tocado a su fin. Un fin de semana desastroso para los Red Bull.

Kevin Magnussen intentó sacar beneficio del fin del coche de seguridad virtual atacando a Pierre Gasly en la primera curva, pero el francés no pretendía vender fácilmente su posición. Hubo un ligero toque entre ambos, pero el Toro Rosso se mantuvo en la cuarta posición y logró mantener con tranquilidad al Haas justo detrás. De momento, el Honda no se desinflaba. A su vez, Lewis Hamilton decidía recuperar su voracidad tras el ataque de Verstappen. En la quinta vuelta, con el DRS activado tras Alonso, se lanzó a por un McLaren que no podía defenderse. Justo delante, Ocon intentaba hacer lo mismo con Hülkenberg. Pero Hamilton vio un hueco a la derecha del francés, y se lanzó a por él. El de Force India se vio encajonado, y tuvo que adoptar una maniobra defensiva que le evitó tocar al Renault, pero no impidió que se fuera un poco largo, lo que aprovechó Alonso para adelantar. Delante de todos ellos, Lewis Hamilton, que había realizado una maniobra impresionante para adelantar a tres coches de una sola vez. Y ahora tenía pista libre. En la vuelta siguiente superó a Magnussen. Y en la octava se colocó cuarto al doblegar a Gasly. Comenzaba su carrera con una estrategia diferente.

Vettel controlaba mientras tanto a Bottas, justo a una distancia que impedía al de Mercedes hacer un intento de superarle en boxes. En la vuelta 10, la distancia era de 2’8 segundos, mientras que Räikkönen estaba a 3’2 de Bottas. Hamilton, a 8’4 del segundo Ferrari. Fue en esos momentos que comenzaron a parar algunos pilotos, y la sorpresa fue cuando Pérez y Leclerc colocaron el neumático medio, el más duro de los disponibles este fin de semana. Seguro que Mercedes observó la jugada, aparte de tenerla en su abanico de opciones previamente. La posibilidad de una parada era algo que se podía intentar. También Alonso tomó esa opción.

¿Quién pararía primero? Si lo hacía Mercedes, su carta quedaría expuesta. Pero a la vez, Bottas se había acercado a los dos segundos a Vettel. Si paraba y colocaba el superblando, podía tomar el liderato. Ferrari llamó a Vettel en la vuelta 19, pero le colocó la opción lógica: el blando, con vistas a una segunda parada con el superblando. Mercedes se mantuvo fuera por el momento. Kimi Räikkönen fue llamado en la siguiente vuelta y siguió la misma estrategia que su compañero. En ese momento, Mercedes podía actuar: llamó a Bottas y le colocó el neumático medio, mientras Hamilton tomaba el liderato. Mercedes apostaba por una única parada, en un día en el que no tenía el ritmo para ganar, pero sí quizás la estrategia para hacerlo.

 

 

En la vuelta 25, Hamilton tenía a Vettel detrás. Intentó retenerlo, y lo logró durante medio circuito. No iba a resistir mucho más, y de hecho en cuanto le superó, Vettel se distanció 2’7 segundos en una sola vuelta. La diferencia entre un neumático blando nuevo y uno viejo. Hamilton ya no tenía sentido que siguiera en pista, la posibilidad de bloqueo había sido vana, y fue llamado en la vuelta 27. Sí, con el neumático medio. Ferrari estaba en jaque. El neumático blando no era fiable para llegar al final de la carrera, así que habría que pasar al superblando llegado el momento y confiar en un ritmo muy superior. Pero eso no siempre ha dado buenos resultados, y más cuando la distancia a recuperar con Bottas, que tomaría el liderato, sería de unos 18 segundos, además de caer también detrás de Hamilton, con la dificultad de superar al inglés. Y eso pensando sólo en Vettel, porque Kimi podría incluso perder el podio. Pero Ferrari no tenía otra opción. O sí.

En la vuelta 36 llamó a Kimi a boxes, según el plan previsto. Superblando y lanzarlo al ataque sin contemplaciones. Pero la rueda trasera izquierda no quiso salir, y en un momento de confusión dieron vía libre al piloto para retomar la carrera. Francesco, el mecánico que sujetaba la rueda marcada de rojo, fue arrollado violentamente. Una imagen muy dura que hacía tiempo que no veíamos, por fortuna. Kimi fue obligado a parar en el pit-lane, y la consecuencia fue el abandono, pero lo importante no era eso, sino el estado del miembro de su equipo. Una fractura de tibia y peroné fue el resultado menor para lo que pudo ocurrir. El peligro sigue formando parte del automovilismo, y no debemos olvidarlo jamás. Esperemos que el mecánico tenga una completa recuperación.

¿Hubiera seguido esa estrategia también Vettel? Mercedes cometió un error en su brillante estrategia, y es jugar la misma carta con ambos pilotos. Uno podría haber sido más agresivo, y el otro ir a una parada, independientemente de quien fuera quien. Ferrari quizás intentó usar a Kimi para forzar a Mercedes a cambiar de estrategia al verse superados, y mantener a Vettel en pista para acabar con el blando. Una locura. Y ahora, sin Kimi en pista, la única opción de ganar, aunque fuera prácticamente imposible. Sebastian tenía que hacer gala de su guante de seda y de su inteligencia. Saber aplicar la frase de Juan Manuel Fangio: “hay que ganar yendo lo más despacio posible”. El aspirante a quíntuple campeón del mundo tenía que hacerlo.

Así que, aunque por momentos aumentó la ventaja con Bottas, que llegó a los 7 segundos, la estrategia era la de ser lentos. Y eso dio una carrera absurda en realidad, estratégicamente emocionante, pero pírrica en competición pura. Tres pilotos yendo lo más lento posible sin ser excesivamente lentos, pero sin dañar sus respectivos neumáticos. Hamilton preguntando obsesivamente si cumplía con el tiempo objetivo marcado por su equipo, agravado por problemas en la radio. Y así estuvo la carrera, en suspenso, durante muchas vueltas. Tensa, sí. Bonita, no. Porque Hamilton tendría que haber sido él, Bottas haber aplicado toda la velocidad que sabe desgranar, y Vettel hacer vuelta rápida tras vuelta rápida con su neumático de mayor rendimiento. Pero el objetivo, de los tres, era la victoria. Quizás menos el de Hamilton, que era el que más perdía con esta estrategia.

A falta de doce vueltas, Bottas y Hamilton fueron instruidos para atacar. La distancia con Vettel empezó a caer sin remedio. El alemán aplicó la su sutil inteligencia al lanzar el mensaje de que todo estaba bien y bajo control, pero la realidad es que estaba con las gomas agotadas. No iba a poder soportarlo. Bottas seguía apretando, y Vettel aguantaba. La distancia bajaba: 3’8, 2’9, 1’5, 1’2, apenas 1 segundo en la vuelta 56, a dos para el final. El DRS activado. El finlandés mostrándose. El alemán impasible. Y entonces, un ligero error, un bloqueo de ruedas de Bottas apenas importante, marcó la diferencia. Ya no hubo nada que hacer. Vettel pudo salir del DRS en la segunda zona, aguantar con firmeza un coche que ya no tenía neumáticos. En meta, 0’6 segundos para ambos. Pero la victoria para Sebastian Vettel, que consigue así la segunda consecutiva. Lo impensable. Y con una demostración de madurez estratégica a la altura de los mejores de todos los tiempos. Mercedes puso en jaque a Ferrari, pero el coche era tan bueno aquí, y Vettel es tan impecable, que incluso no debiendo ganar, lograron un triunfo que tambalea todo lo esperado al inicio de este campeonato. El coche empieza a funcionar, las mejoras también lo hicieron, y su piloto está muy determinado. No hay mejor manera de celebrar su segunda centena de Grandes Premios.

 

 

Bottas y Hamilton estaban con una sensación agridulce, especialmente el segundo. Este tercer puesto era un gran resultado desde el noveno lugar. La ausencia de los Red Bull y de un Ferrari lo había ayudado, y eso le permite encajar un golpe que podría haber sido peor, aunque sea sólo el inicio del mundial. Lo peor eran las dudas que dejaba el Mercedes. Quizás Shakir es su peor pista, pero los problemas de calentamiento y degradación les van a acompañar más carreras, y es algo que deben solucionar.

Si había alguien contento, sin embargo, era Pierre Gasly. Su carrera fue impecable, y estuvo en la cuarta posición por méritos propios, aguantando por detrás a coches que se suponía que eran mejores. Y con mucha holgura. El motor Honda, en su evolución, se mostró fiable para empezar, que es lo principal, pero también con una potencia muy respetable. Es su mejor resultado desde que regresaron en 2015, y eso sólo puede alegrarnos a todos, porque la mejora de rendimiento del cuarto motorista debería poner mejores ingredientes para las carreras. Una flor no hace primavera, pero igual que se les ha crucificado con razón durante estos años, hay que reconocer que en este Gran Premio han funcionado como se esperaba de ellos. Y tienen mucho margen de mejora, además. Lástima que Hartley fuese decimotercero, que no es un mal resultado viniendo de Australia en todo caso.

Kevin Magnussen por fin capitalizó el rendimiento del Haas con un buen quinto lugar, superado inesperadamente por el Toro Rosso. Sin duda, son el mejor equipo del resto, pero en dos carreras no han obtenido todo lo que podrían haber logrado. Redención en todo caso para el piloto danés, muy criticado en su carrera, pero que ha comenzado con mucha seriedad este año. Peor para Romain Grosjean, muy errático durante el fin de semana, y cuyo decimoquinto lugar no hace justicia al coche, pero sí a los méritos del francés durante el fin de semana.

Nico Hülkenberg volvió a ser el mejor del equipo Renault, un valor seguro cuya presencia se nota desde que se incorporó a las filas francesas. Su sexto lugar da otro gran resultado al equipo ante la floja actuación de Carlos Sainz, que nunca estuvo a gusto este fin de semana, y cuyo undécimo lugar no fue lo que se esperaba de él. El primero de los doblados, Fernando Alonso en su McLaren, aunque reconoció provocarlo para ahorrarse una vuelta más. Su séptimo es un verdadero petróleo encontrado en las curvas de Baréin, porque el coche no auguraba nada bueno durante el fin de semana. Se cumplió, sin embargo, la perspectiva de que mejoraría en la carrera, como el octavo puesto de Vandoorne confirma.

Otra carrera para enmarcar fue la de Marcus Ericsson, que con un Sauber, y por estrategia absolutamente valiente, supo arañar dos puntos que son preciosos para el equipo. Que además, son un bálsamo para el sueco, tan criticado siempre. Supo hacer el trabajo con mucha seguridad y sin cometer errores, sin meterse en líos. Y aún pudo ser mejor, pero el rendimiento de su coche no da para más, como demuestra el decimocuarto puesto de Leclerc. Los puntos los cerró Esteban Ocon, muy correcto todo el fin de semana. Cerrando la tabla, sin ritmo, sin nada reseñable, Williams. Stroll por delante de Sirotkin. La caída de la escudería es preocupante, con el mejor motor de la parrilla, pero con un coche no destaca en nada, y que en manos inexpertas consigue menos todavía. Lento.

Lento como Vettel para ganar, aunque en otra dimensión. Son 17 puntos de ventaja sobre Hamilton, lo que no es mucho, pero infinitamente más de lo que debería ser. En Australia hubo un punto de suerte. En Baréin fue rendimiento e inteligencia. Y mientras tanto, Mercedes, ni rápido ni lento, ha podido ganar. Eran los favoritos de la pretemporada, y siguen siendo los del campeonato. A veces las tortugas son más rápidas que las liebres.

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34 comentarios
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Pasion F1
09 Abr 2018 - 18:41
#9 En serio hay alguien que vea bien que en F1 vayan a medio gas por ahorrar? Estamos tontos? Que es F1 ... Ver comentario
Esta es una pregunta que tienes que hacer a la FIA. Y el peor esta para venir con las nuevas reglas que quieren poner.
Tifosi
09 Abr 2018 - 18:14
Muy buen artículo! Impecable Vettel en su manejo y me pone muy alegre el hecho de que supo mantener la frialdad de un campeón. Vamos que se puede. Paso a paso. Pero con trabajo e inteligencia llegaremos al objetivo. Forza Ferrari!
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axlvzla
09 Abr 2018 - 16:52
Vettel condujo como los más grandes de este deporte... Muy buena nota, centrada, objetiva y muy bien desarrollada...
Sebas
09 Abr 2018 - 16:34
#9 En serio hay alguien que vea bien que en F1 vayan a medio gas por ahorrar? Estamos tontos? Que es F1 ... Ver comentario
Ahorraron por las condiciones que se presentaron en carrera, no por que ese fuese el plan inicial o por que ahorrasen por necesidad, como dijo Fangio y expone Vinuesa. "Hay que ganar yendo lo mas despacio posible" Y eso fue lo que hizo Vettel.
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09 Abr 2018 - 16:13
Vettel magistral. Aguantando 39 vueltas con unas gomas que eran para 22. Bottas es un paquete, no hizo nada en toda la carrera. Hamilton, sino esta adelante no hace nada, pudo parar y poner SB, pero ni a su compañero se le acercó, y eso que es un paquete. Gasly excelente, solo fue superado por Hamilton, y el resto ni se le acercó. /-/ El resto de la parrilla, nos regaló una bonita carrera, veo muy igualada la zona media y resalto el gran trabajo de Ericsson que hasta adelantó a un FI, siempre he pensado que no es tan mal piloto como lo pintan. /-/ Go Go Sauber
09 Abr 2018 - 16:03
En serio hay alguien que vea bien que en F1 vayan a medio gas por ahorrar? Estamos tontos? Que es F1! Deberían ir a fuego vuelta tras otra, eso es lo que me enganchó a esto de pequeño...
09 Abr 2018 - 15:32
es tan confiable el mercedes ? es tan lento el ferrari? red bull tiene el mejor chasis? nada queda en claro solo q mercedes ya cambio cajas ferrari centralitas y en degradación de gomas ferrari degrada menos q mercedes y honda ahora párese competitivo no pegue uno de mis augurios jaja
El-Aviador
09 Abr 2018 - 15:03
Excelente crónica! Es en realidad un resumen de lo visto este fin de semana. Veo a Sebastián centrado
Sebas
09 Abr 2018 - 14:29
Como siempre excelente crónica. Vettel en este Gp dio una clase magistral de pilotaje, hizo gala del por que es 4 veces campeón del mundo. Incluso bajo esas condiciones, sin neumáticos, fue capaz de engañar por radio a su equipo a sabiendas que el rival estaría escuchando, diciendo que estaba bajo control, quizás ese irrisorio comentario fue el detonante para que Mercedes no lanzara el ataque mucho antes, haciéndoles creer que realmente si lo tenía bajo control cuando realmente no era así.
09 Abr 2018 - 14:06
Un articulo excepcional, Vettel y Ferrari, realizaron un trabajo a la perfeccion, lo unico el accidente del mecánico de Kimi, lo de Gasly, toda una revelación...!! felicidades por el articulo..
Tatooine
09 Abr 2018 - 13:29
Lo impensable. Y con una demostración de madurez estratégica a la altura de los mejores de todos los tiempos. Mercedes puso en jaque a Ferrari, pero el coche era tan bueno aquí, y Vettel es tan impecable, que incluso no debiendo ganar, lograron un triunfo. Amén
09 Abr 2018 - 13:10
Felicidades por la crónica, una vez más un excelente artículo. Demostración de clase de Vettel, como bajo presión demostró su clase, su saber cuidar las gomas y administrar la distancia con Bottas..... Victoria de gran piloto. Forza Ferrari!!!
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09 Abr 2018 - 13:00
Impecable nota. Objetiva y muy completa. Como debe ser y como siempre
Pasion F1
09 Abr 2018 - 12:49
El arte del campeón, saber aministrar las gomas y la carrera. Bravo Vettel y Forza Ferrari.
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